Duilio era hijo de quinteros y después de cursar quince días Primer Grado Inferior le planteó a su padre José Miguel Cámpora que quería trabajar la tierra y que no iba a ir más a la escuela. Su padre después del severo reto, le dijo que se preparara porque no solo iba a cursar la escuela secundaria sino que estaba predestinado a ir a la Universidad. “Usted elija una carrera que yo lo voy a respaldar”- fue la sentencia paterna y no se habló más del tema. Así quedó sellada la suerte de Duilio que después de cursar el Colegio Don Bosco- primer Colegio Salesiano de América-, cursó la secundaria en el Colegio Nacional y posteriormente se encaminó a La Plata a la Facultad de Ciencias y Artes donde se graduó en Letras.
Tres semanas antes de morir, en conversación con Javier Tisera que lo entrevistaba para un texto biográfico, recordaba “tuve de director en la Casa Salesiana al padre Antonio Scasso que había sido maestro de mi padre y de mis tíos. En mi casa se hablaban varios dialectos: el genovés, y el piamontés porque nuestros abuelos eran inmigrantes. En las quintas no solo se encontraba la uva y la fruta sino era un verdadero crisol de idiomas y dialectos. Será eso que me llevó a especializarme en letras y a estudiar el Castellano”. Cámpora comenzó a dictar clases un 2 de marzo de 1951; ya en 1956 tenía asignadas 10 horas cátedra, repartidas entre el Nacional y el Normal.
Duilio va al volante de una Estanciera que va recorriendo al ciudad. A su lado Jorge Luis Borges que vuelve. Van mirando juntos las calles que fueron escenario de los veranos del escritor, sus abuelos maternos tenían su casa en nuestra ciudad: los Acevedo. “Me tocó presidir la Asociación Cultural “Rumbo” y vi la posibilidad de traer a Borges a disertar. Recuerdo que en el Profesorado de Inglés dio una conferencia sobre ´El genio y la figura de Leopoldo Lugones´, pero íntegramente en ese idioma. Creo que es el escritor más universal de todos los argentinos junto a Julio Cortazar”.
El chueco de Teatro.
A los seis años comenzó la práctica de futbol. Los curas se arremangaban las sotanas y corrían junto a sus alumnos y los pibes del barrio. Duilio se enroló en el Club Teatro que salió campeón de la Liga en 1951. Cuando era estudiante universitario se juntaba en la Casa Salesiana en La Plata y hacía picados contra los jugadores de Primera de Estudiantes y Gimnasia.
Y el arquero Dieso salió a taparlo, pero el Chueco puso el pie como una cucharita y se la pico y salió gritando el gol. La pelota quedó dormidita en la red y el gordo Eseverri en el banco del Club Teatro festejaba. Y la alegría desbordada era porque el autor del gol era “in side” derecho y porque con ese gol faltando tres minutos, cocinaban el partido contra Provincia.
Duilio Cámpora, el “Chueco” para los futboleros; el señor Rector para el personal del tradicional Colegio Normal “Rafael Obligado” guarda este recuerdo como uno de los más dulces de su extensa carrera deportiva.
Duilio con tiza en la mano o con pelota al pie; siempre dio cátedra. Hace firuletes en el borde de la vida; al Chueco siempre le gustó salir tocando al borde el área, como el pibe de la quinta lo maravilló llegar a tomar clases en segundo año con Arturo Capdevila. Los lujos…el Chueco se los dio en esta vida.
Foto: Duilio de bigotes negros, con Jorge Luis Borges, en San Nicolás.