Día del Libro y del Derecho de Autor

El ser humano en su historia, vio la necesidad de trasmitir a otros los conocimientos que querían que trascendieran su propia existencia. Desde las pinturas rupestres hasta la era digital, ese recorrido esta rico en hechos y acontecimientos que enaltecen nuestro pasado.
Con ese motivo surgieron antiguamente los libros que se escribían en papiros, pieles y telas algunas de las cuales se conservaban en forma de rollos.
La aparición de la imprenta modernizo el formato tomando la figura que hoy conocemos.
En oportunidades los escritores debieron tomar nombres falsos o adoptar seudónimos para escapar a la condena, la censura y la persecución.
En Budapest, Hungría, en la Feria de los Campesinos que se realiza en el centro de la ciudad, hay un monumento a esos escritores anónimos que renunciaron a la gloria que podían traerles sus escritos para poder seguir con vida.
Tanto Cervantes, Shakespeare y el Inca Garcilaso de la Vega, fallecieron en distintas épocas pero un mismo día, 23 de Abril, motivo por el cual la UNESCO decidió tomar esa fecha para conmemorar el DIA DEL LIBRO Y DEL DERECHO DE AUTOR a partir de 1995.
Si bien para el común de las personas esta fecha puede parecerle intrascendente, para la industria del libro (escritores, editores, diseñadores, imprenteros, etc) tienen el merecido reconocimiento a su labor a favor de la cultura.
De chico siempre escuchamos decir “que los libros no muerden” y de grande que “nadie roba palas o libros”.
La verdad es que los libros están presentes en todo momento en nuestras vidas: nos acompañan desde el Jardín de Infantes y en todo nuestra vida escolar. Son nuestra compañía en el descanso vacacional o nuestro refugio durante una eventual enfermedad.
Viajan junto a nosotros cuando recorremos enormes distancias y esperan en aquella obligada biblioteca de la casa, una mirada intencionada que buscará con la lectura, hacerlos hablar.
Recientemente especialistas en digitalizaciones, dieron a conocer un informe que destaca que a pesar del tiempo, el libro tal como lo conocemos, con su formato gráfico no logra ser reemplazado por el ebook o libro digital.
En la Argentina, los autores deben realizar trámites ante la Cámara Argentina del Libro para lograr el famoso ISBN o código que reconoce su obra en cualquier parte del mundo y finalizar luego de obtenido el mismo, los trámites respectivos de la ley de Derecho de Autor. De esa forma su obra permanece registrada, a resguardo del tiempo y de la falsificación.
En ese camino, los escritores encuentran en el libro, el espacio de su creación, un pájaro al que anidan, cuidan y luego liberan para que tome vuelo por sí solo.
Esa obra trasciende fronteras y con su lectura llegan los mensajes que trasmitió en su desconocido viaje.
Y así año tras año, los libros continúan con nosotros, van y vienen, descansan algunos y otros surgen. Muchos se convierten en los más buscados y otros transitan su vida en forma ignorada por la gente. Pero allí están, como una compañía que uno encuentra siempre que la busca.

Ricardo D. Primo
ricardodarioprimo@hotmail.com