La selección Argentina cosechó un empate y nada más ante Inglaterra, no mostró muchas mejorías con respecto al primer partido y al sudamericano. Está claro que le cuesta, y mucho, poder asociar a los buenos jugadores que posee el plantel. Ayer enfrentó a un rival distinto, un rival que a diferencia de México, le quitó espacios a Lamela, Iturbe y compañía. En los primeros minutos el equipo de Perazzo trataba de no arriesgar la posesión del balón en busca del arco rival. Lamela jugaba de primera, Iturbe lateralizaba con los extremos, y Ferreyra era absorbido. Sin espacios para poder maniobrar ante el cajón que proponía Inglaterra. Esta descripción de los primeros minutos le puede caer muy bien al resto del encuentro, ya que ninguno arriesgo más de la cuenta. Daba la sensación que para ganar el partido sólo había que animarse, algo que no pasó por la cabeza del entrenador argentino, ya que insólitamente sacó al único jugador que está acostumbrado a dialogar con las redes como el Chuky Ferreyra, ingresó Laba y el mediocampo se estabilizó pero Argentina claramente envió un mensaje a Inglaterra, similar al de Pekerman contra Alemania en el 2006. La diferencia en este caso fue que los ingleses nunca se animaron. Debido a la pasividad Inglaterra, se vuelve a mover el banco argentino. Ingresa Luque. El extremo izquierdo de Colón, quizás junto a Pereyra, fueron los más incisivos en un partido chato que sólo sirvió para sumar un punto y seguir primero en el grupo.
Martín Nervo: No tuvo grandes inconvenientes en la marca, pero se lo notó impreciso a la hora de entregar el balón. Después del partido el nicoleño se mostró contento con el empate porque le significa seguir arriba en la zona.
Desde Colombia, Gustavo Pacheco.
Fabiana Cantilo se presenta en el Teatro San Nicolás