Falta leche. El comentario es común para quienes estos días van al supermercado. Hace rato que el abastecimiento de lácteos es un problema. En el que se conjugan varios factores: la baja de la producción que generó la inundación de marzo pasado, la menor rentabilidad de los tambos que hizo que muchos productores se volcaran a la soja, la pelea entre las grandes empresas y las grandes cadenas de supermercados.
Algo que está directamente relacionado con que “la leche es un bien escaso” y las fábricas buscan sacarle el mejor precio posible.
¿Por qué es un bien escaso en un país que potencialmente tiene la cuenca más importante del mundo? Por un lado los tambos no se recuperaron de la última inundación, por el otro está el problema de la rentabilidad.