No se salva ni Jesús en la Cruz

Sorpresa e indignación ha causado la sustracción de una talla de madera de un Cristo Crucificado en la Parroquia Nuestra Señora de Luján. La rapiña se produjo el jueves y se ignora con qué fin se llevaron una figura de escaso valor comercial.
Primero la sorpresa y luego la indignación fue lo que corrió por las humanidades del cura y diácono del lugar. La talla sustraída es de madera, de aproximadamente 60 centímetros de alto y estaba apoyada sobre una cruz de proporciones que quedó en el lugar. La escultura es de escaso valor material, y relativo con respecto a la obra de arte.
El Párroco, Presbítero Héctor Molfesa, manifestó su “pesar por el robo. No por lo material sino por lo sensible de ese imagen de Cristo que presidía nuestra asamblea”. La comunidad de Luján ha quedado conmovida por la sustracción, y sentida por la pérdida.
El sacerdote no quiso reflexionar sobre las motivaciones del robo, ya que en el lugar había otras cosas de mayor valor, pero indicó con firmeza “espero que ese Cristo que murió por todos, hasta por ese que se lo llevó, lo haga reflexionar y comprenda que no es de él y que hay una comunidad que espera su devolución”.
Los actos de pillajes en templos cristianos se han venido repitiendo en los últimos tiempos. Tal vez porque están vacíos.

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