Apareció el teléfono móvil de la docente de Villa Constitución desaparecido en febrero. Estaba en Corrientes hasta donde las pesquisas siguieron el dato de la mujer.
Crecen las incógnitas sobre el motivo por el cual Graciela Quiroga se alejó de sus obligaciones y afectos.
Medios periodísticos de Villa Constitución han reflejado la preocupación de familiares, amigos y la comunidad educativa de Pavón donde era Quiroga su directora.
La imagen que va tomando forma es que Graciela se ausentó por decisión propia y trató de borrar o cortar todo tipo de contacto con su lugar de residencia y con su familia.
La pérdida de su padre y su hermano habrían signado profundamente a la mujer, que dejó traslucir en su trabajo y sus relaciones ese vacío, llevándola a tener una desordenada existencia.
Tras su desaparición, cuando la Policía allanó su casa pudo ir armando algo más de la vida íntima de la docente “que contrastaba con la imagen que tenía quienes la conocían, la de una persona que cuidaba al extremo la limpieza y el orden de su hogar” según fuentes periodísticas.
Quiroga ya no vivía en su casa sino en la de una amiga de Pavón y sólo regresaba ocasionalmente para cambiar su ropa.
Graciela Quiroga desapareció en febrero, después de un viaje a la costa atlántica.
Allí en Mar del Plata, según lo informado por personal del hotel donde se alojó, siempre se la vio sola, nunca salía con el resto del contingente y hablaba bastante por teléfono. Por razones que se desconocen, en esa estadía habría terminado de definir su decisión de ausentarse. Un detalle parece indicar esta posibilidad: En una llamada telefónica desde un fijo le dijo a su sobrina Nadia que su celular se le había caído al agua y lo estaba secando con el secador de pelo. Por una circunstancia fortuita y ajena a lo que se presume previsto por Graciela ese celular permitió seguir su rastro hasta Corrientes.
Quiroga regresó de Mar del Plata el domingo 23 de febrero en un ómnibus de la empresa Lagassa. Debía descender en Villa Constitución pero decidió seguir hasta la terminal de Rosario, donde arribó alrededor de las 20:00. Minutos después tomó otro colectivo hacia la ciudad de Corrientes, el nombre y documento quedaron asentados en la boletería como así también que el asiento contiguo estaba desocupado.
Por razones que también se desconocen el celular de Graciela terminó en una bolsa de basura en la misma terminal, aunque los investigadores sospechan que fue la propia Graciela quien lo descartó y cortó así todo contacto.
Un ladrillero lo levantó de entre la basura y lo llevó a su casa.
Cuando encendió el celular el Facebook de Graciela estaba abierto y fue así como algunos de sus amigos se sorprendieron al ver actividad en la red social a nombre de la docente desaparecida.
Esta historia fue corroborada por el personal de la Agrupación Unidades Especiales de Villa Constitución que la semana pasada viajó a Corrientes.
De Corrientes los pesquisas trajeron otro dato que sigue aportando incógnitas al misterio del caso. La empresa Flecha Bus tiene el registro que una mujer con el mismo número de documento de Quiroga, pero que dijo llamarse Graciela González, abordó un micro en la fecha que la docente llegó a la terminal correntina.
Con esos datos se sigue armando un rompecabezas en el que lo único certero es que Graciela Quiroga está viva, y que por algún motivo se quiso alejar de su vida cotidiana.
Extractado de Diario El Sur de Villa Constitución