El pase a la final del Mundial de Fútbol Brasil 2014 fue festejado con un inusual desahogo por parte de los nicoleños.
La Plaza Mitre fue el epicentro de una alegría que se quiere repetir el próximo domingo.
Las calles de la ciudad estuvieron desoladas desde las 17:00 y cayó la noche entre los gritos esporádicos de los hinchas que expresaban su frustración y desataron su alegría cuando Rodríguez convirtió el cuarto penal.
Extraña paradoja la del insulto-estímulo-fervor-desahogo-alegría que se repite en algunos pocos vocablos que se tildan como malas palabras. La puteada fue el común denominador de una fiesta de feriado que amalgamó el ingenio popular, el Día de la Independencia con la clasificación del seleccionado nacional de fútbol.
El domingo se espera repetir esta alegría, tal vez con el mismo sufrimiento, pero qué lindo es ser argentino, ¡carajo!