El nivel que alcanzan las explosiones de la pirotecnia es largamente superior a la tolerancia de los tímpanos y su daño es irreversible.
Los mismos riesgos se corren con el agua de los natatorios si no hay una correcta higiene.
Silvia Bermúdez integrante de la Comisión de Audiología de Colegio Fonoaudiólogos platense, adviritió sobre los riesgos del uso de pirotecnia y las piletas en el sistema auditivo.
De esta manera, dijo: “La sobre estimulación acústica produce una lesión irreversible del oído interno, ya que tiene células sensoriales que no se recuperan, más debido al impacto explosivo. Es una onda de mucha intensidad”.
Respecto a los síntomas sobre la persona expuesta, informó: “Empieza a sentirse abombada, con zumbidos, un ruido permanente como una sirena. Lo ideal es no usar pirotecnia, y de usarla, tirarla lejos.
Hablamos de 120 decibeles y el oído humano no puede resistir esa presión sonora tan cerca. El chico en general se sobre excita motrizmente, se ven conductas agresivas, mal humor y violencia”.
En otro sentido, en relación a los cuidados en el agua, Bermúdez señaló que “la pileta ataca al oído medio a través de la trompa de Eustaquio, pero no es irreversible, solo doloroso. En chicos que tienen mala respiración, adenoides o carne crecida, el sumergirse en piletas hace que un oído hipo funcionando por las adenoides o porque respiran mal, también incorpore esas bacterias en el oído medio y empiece a tener dolores, sensación de taponamiento”.
“El dolor del oído medio es comprable al de muelas, muy intenso. Lo ideal es el uso de protectores para piscinas si el chico es propenso a la otitis o es alérgico. Puede producir perforación timpánica, el oído empieza a supurar y a la larga merma en la audición, pero es reversible siempre y cuando se lo trate a tiempo”, concluyó Silvia Bermúdez.