Las enfermedades respiratorias son más frecuentes durante el invierno y resultan la principal causa de internación y consulta médica. Afectan a toda la población pero, fundamentalmente, a los menores de 5 años y a las personas de más de 65 años.
Para prevenir enfermedades respiratorias tales como la gripe, la bronquiolitis, la bronquitis y la neumonía, entre otras es importante:
- Lavarse las manos con agua y jabón después de volver de la calle, antes de cocinar o comer y después de ir al baño o cambiar pañales.
- Sostener la lactancia materna, al menos hasta que el bebé cumpla los 6 meses y ofrecerle el pecho con más frecuencia en caso de que se enferme.
- Ventilar todos los ambientes a diario.
- No fumar y mantener los ambientes libres de humo.
- No automedicarse. El consumo de remedios sin receta puede producir intoxicación y ocultar los síntomas de la enfermedad, dificultando un diagnóstico correcto y empeorando el cuadro clínico.
- Mantener reposo en la casa mientras continúe los síntomas.
- Cubrirse la boca al toser o estornudar con un pañuelo descartable o con el pliegue del codo para evitar contagiar a otros.
Para prevenirlas en bebés y niños:
- Lavarse las manos antes y después de atenderlos y también lavarles las manos a los niños.
- Darle todas las vacunas incluidas en el Calendario Nacional y llevarlos periódicamente al control médico.
- Acostarlos boca arriba siempre.
- Darle la teta al bebé al menos hasta los 6 meses e incrementar la lactancia materna en caso de que el bebé se enferme y tenga pérdida de apetito.
- No usar repelentes en menores de 2 años.
- Brindarles el abrigo necesario:
- Evitar el abrigo excesivo y el uso de frazadas o mantas que lo puedan sofocar.
- No darles medicamentos sin receta, ni remedios caseros o tés de ningún tipo.
- Además, para evitar las intoxicaciones por monóxido de carbono es importante dejar siempre una ventilación en todos los ambientes.
Fuente: Ministerio de Salud de la Nación.