Una lluvia dispar en intensidad y que marcó un descenso de la temperatura vaticinan algunos que es la “bendición de Santa Rosa”. La marca en los pluviómetros fue de 6,5 mm y está muy lejos del promedio mensual y anual. Las lluvias no alcanzan para revertir un profundo ciclo de sequía, y atemperaron muy poco los fuegos en las islas. Los vecinos que transitan cales de tierra no desprecian para nada el regalo de “Santa Rosa”. Las creencias populares trasladaron un milagro atribuido a Isabel Flores, más tarde Santa Rosa, a toda América. Ante una invasión del Perú, una flota de barcos fue azotada por una gran tormenta, atípica en esas latitudes y en esa época del año, desapareciendo el peligro.
Mucho más razonable es el fenómeno producido como consecuencia de la retirada del invierno y el comienzo de la primavera, donde una masa de aire cálido de origen subtropical y cargada de humedad choca con la masa de aire frío de origen polar.
Sea lo que sea, que llueva. Largo y parejo.