Salud
14/10/2015 - 08:56:46



Exitosa cirugía para combatir el Parkinson


La enfermedad de Parkinson es un tipo de trastorno del movimiento. Ocurre cuando las neuronas no producen suficiente cantidad de una sustancia química importante en el cerebro conocida como dopamina.
Los síntomas comienzan lentamente, en general, en un lado del cuerpo. Luego afectan ambos lados.

La enfermedad de Parkinson suele comenzar alrededor de los 60 años, pero puede aparecer antes. Es mucho más común entre los hombres que entre las mujeres. No existe una cura para la enfermedad de Parkinson.

Existen diversas medicinas que a veces ayudan a mejorar enormemente los síntomas. En casos severos, una cirugía y estimulación cerebral profunda (electrodos implantados en el cerebro que envían pulsos para estimular las partes del cerebro que controlan el movimiento) pueden ayudar.

El Parkinson es una enfermedad muy individualizada y cada persona que vive con ella requiere un plan de tratamiento único. Aunque los investigadores están intentando desarrollar tratamientos que lentifiquen o reviertan la enfermedad, ninguna de esas terapias ha sido aprobada por la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés). El objetivo del tratamiento es reducir los síntomas con tan menos efectos secundarios como sea posible.

A pesar de la diversidad de tratamientos farmacológicos, estos en ocasiones no suelen ser efectivos, generan resistencia con el uso o producen efectos adversos empeorando la enfermedad. Por estas motivos o cuando sucede algunos de los eventos mencionados se utiliza la cirugía.

La estimulación cerebral profunda o DBS es un procedimiento quirúrgico usado para tratar una variedad de síntomas neurológicos invalidantes, más comúnmente los síntomas debilitantes de la enfermedad de Parkinson, tales como el temblor, la rigidez, el agarrotamiento, el movimiento lento y los problemas para caminar.

El procedimiento también se usa para tratar el temblor esencial, un trastorno neurológico común del movimiento. Actualmente, el procedimiento se usa solamente en pacientes cuyos síntomas no pueden ser controlados adecuadamente con medicamentos.

La estimulación cerebral profunda usa un dispositivo médico implantado quirúrgicamente operado por una batería llamado neuroestimulador—similar a un marcapasos cardíaco y aproximadamente del tamaño de un cronómetro—para enviar estimulación eléctrica a áreas específicas del cerebro que controlan el movimiento, bloqueando las señales nerviosas anormales que causan el temblor y los síntomas de la enfermedad de Parkinson.

Antes del procedimiento, un neurocirujano usa la captación de imágenes por resonancia magnética (IRM) o la tomografía computarizada (TC) para identificar y ubicar el objetivo exacto dentro del cerebro donde las señales eléctricas nerviosas generan los síntomas de Parkinson.

Algunos cirujanos pueden usar el registro con micro electrodos, que involucra un cable pequeño que monitoriza la actividad de las células nerviosas en el área objetivo—para identificar más específicamente el objetivo cerebral preciso que será estimulado. Generalmente, estos objetivos son el tálamo, el núcleo subtalámico y el globo pálido.

El sistema de estimulación cerebral profunda consta de tres componentes: el electrodo, la extensión y el neuroestimulador. El electrodo, un cable delgado y aislado, se inserta a través de una pequeña abertura en el cráneo y se implanta en el cerebro. La punta del electrodo se posiciona dentro del área objetivo del cerebro.

La extensión es un cable aislado que se pasa bajo la piel de la cabeza, el cuello y el hombro, conectando el electrodo al neuroestimulador. El neuroestimulador (el "paquete de baterías") es el tercer componente y generalmente se implanta bajo la piel cerca de la clavícula. En algunos casos puede implantarse más abajo en el pecho o bajo la piel sobre el abdomen.

Una vez que el sistema esté colocado, se envían impulsos eléctricos desde el neuroestimulador hacia el cable de extensión y el electrodo dentro del cerebro. Estos impulsos interfieren y bloquean las señales eléctricas que causan los síntomas de Parkinson.

¿Cuáles son las ventajas?

A diferencia de cirugías anteriores para Parkinson, la estimulación cerebral profunda no daña el tejido cerebral sano destruyendo las células nerviosas. En cambio, el procedimiento bloquea las señales eléctricas de áreas específicas del cerebro. Por ello, si se desarrollaran nuevos y más promisorios tratamientos en el futuro, el procedimiento de estimulación cerebral profunda podrá revertirse.

Además, la estimulación del neuroestimulador es fácilmente ajustable—sin más cirugía—si cambia el estado del paciente. Algunas personas describen los ajustes del estimulador como "programación."

¿Cuál es el pronóstico?

Aunque la mayoría de los pacientes aún necesita tomar medicamentos después de someterse a estimulación cerebral profunda, muchos pacientes experimentan una reducción considerable de los síntomas de Parkinson y son capaces de reducir mucho sus medicamentos. La cantidad de reducción varía entre los pacientes pero puede estar considerablemente reducida en la mayoría de ellos. La reducción en la dosis de los medicamentos lleva a una mejora significativa en los efectos secundarios como las discinesias (movimientos involuntarios causados por el uso prolongado de levodopa). En algunos casos, la estimulación en sí puede suprimir las discinesias sin una reducción del medicamento.

En nuestra ciudad se realizo la primer cirugía para la enfermedad de Parkinson donde participaron profesionales de esta localidad (CENyN: centro especializado en neurología y neurocirugía) en colaboración con especialistas de Buenos Aires.

El equipo multidisciplinario fue integrado por un anestesista, dado que durante la cirugía el paciente está despierto cumple un rol fundamental, integraron el equipo tres neurocirujanos, un neurólogo, quien se encarga de evaluar al paciente durante la cirugía para ver los resultados intraoperatorios de la estimulación, además de un bio-ingeniero.

Procedimiento realizado en una institución medica de esta ciudad.

El día de la cirugía: las operaciones generalmente toman entre 3 y 6 horas y son realizadas normalmente mientras los individuos están conscientes, sin medicación y experimentado síntomas de EP. Puede sonar aterrador, pero por lo general se lleva a cabo sin mayores problemas y sin incidentes o incomodidades. El primer paso de la operación cerebral es la colocación de un marco estereostático en la cabeza. La fijación del marco es crucial para un resultado exitoso porque la cabeza debe ser mantenida en una posición fija a lo largo de la operación.

El marco en la cabeza es montado bajo anestesia local y no es doloroso. Las cicatrices son diminutas y sanan completamente. Pueden usarse diferentes técnicas para la fijación del marco, pero todas son variaciones del método básico. El marco es por lo general colocado en la cabeza de la persona el día de la operación. Las metas de la operación son: (1) colocar los electrodos profundamente dentro del cerebro con precisión milimétrica y (2) evitar dañar otras estructuras, tales como los vasos sanguíneos. El resultado exitoso y los riesgos del procedimiento dependen críticamente de la precisión de los objetivos (TARGET)

Una vez que el marco ha sido fijado, la persona con EP se somete a un escaneo de imagen cerebral mientras tiene el aparato. Las calibraciones del marco son unificadas con la imagen cerebral para formar una imagen computarizada del cerebro. Este mapa se convierte en el plano para definir y medir la trayectoria de los electrodos dentro del cerebro. Debido a la necesidad de comunicarse con el equipo de operaciones, la persona con EP usualmente se somete a la cirugía despierto. Se proporciona una ligera anestesia para calmar las incomodidades o la ansiedad; y casi ningún paciente tiene ningún recuerdo de la operación después. Este es el conducto para la inserción del electrodo de estimulación dentro del cerebro. Ya que el cerebro está completamente falto deñar otras estructuras, tales como los vasos sanguíneos. El resultado exitoso y los riesgos del procedimiento dependen críticamente de la precisión de los objetivos.

Durante el procedimiento, el neurocirujano y el personal de la sala de operaciones conversan y revisan al paciente para averiguar qué síntomas puede estar experimentando. Como medida adicional para asegurar la eficacia de la indagación médica, se realizan mapeo cerebral eléctrico durante la cirugía. Esta técnica usa finos electrodos que pueden grabar la actividad eléctrica directamente de células cerebrales individuales y en las regiones profundas del cerebro. Los micros electrodos son mucho más pequeños y mucho más delicados que los electrodos que proporcionan la estimulación cerebral profunda.

Son usados para identificar células dentro del l núcleo subtalámico y las estructuras cerebrales adyacentes, y la información que proporcionan ayuda a dirigir la exploración principal hacia el objetivo quirúrgico deseado. Para individuos que tienen síntomas de EP en ambos lados del cuerpo, la inserción de electrodos necesita ser realizada en ambos lados del cerebro. Una vez que el primer electrodo de DBS ha sido colocado el procedimiento se repite al otro lado.

Después de la operación cerebral La hospitalización requerida para una implantación de un estimulador cerebral profundo es usualmente de uno o dos días. A veces los síntomas se ven dramáticamente mejorados una vez que el electrodo de la DBS está en posición, incluso si la batería no ha sido anexada y el sistema no ha sido activado. La mayoría de individuos debe mantener sus medicamentos preoperatorios después de la operación, por el termino de dos o tres semanas hasta que se enciende el estimulador.

El electrodo de la DBS requiere una fuente de energía. Una vez que el electrodo cerebral profundo ha sido insertado, la tarea quirúrgica restante es implantar el cable de extensión y la batería, o el generador de pulsos implantable (IPG, por sus siglas en inglés). Esto puede ser realizado en el momento en que se realiza la implantación cerebral. La operación es relativamente simple: el cirujano crea un bolsillo muscular subcutáneo, ya sea debajo de la clavícula e inserta el IPG. El IPG se conecta al cable de conexión, el cual es enviado hacia el cuello, detrás de la oreja y hasta el cuero cabelludo, donde el extremo del electrodo para la DBS fue implantado anteriormente. La guía de conexión es conectada a la guía de la DBS.

A este punto, el aparato entero está en su lugar debajo de la piel. Se cierran las incisiones usando puntos o grapas. La batería produce un abultamiento visible en el pecho, especialmente en personas que son delgadas. En los últimos años, la tecnología para las baterías de la DBS ha mejorado, con baterías que duran más, proveen más capacidades de programación e incluso que pueden ser recargadas. Los implantes de batería son realizados bajo anestesia general. Una vez que las baterías y el cable han sido conectados, el sistema de la estimulación cerebral profunda puede activarse La programación inicial se realiza inmediatamente después de que las baterías han sido implantadas, pero a menudo este procedimiento se pospone hasta la segunda o tercera semana postoperatoria.

"Este primer procedimiento se ha realizado con éxito para el pronóstico de la enfermedad de Parkinson. Por lo que creemos que estamos en el camino correcto en cuanto a los avances de la tecnología y tratamientos médicos para esta ciudad tal cual se hacen el resto del mundo", expresó el Dr. Daniel Lupinuchi, neurocirujano responsable de la operación que se realizó en San Nicolás.

Lupinuchi trabajó junto a un excelente equipo de profesionales conformado por: Dra Marchegiani Nora neurocirujana; Dr Galatti Alejandro neurocirujano funcional y estereotaxista; Dr Sacristán Horacio médico neurólogo.

La operación se llevó a cabo el pasado viernes 9 de octubre en el sanatorio nuestra Señora del Rosario. El paciente está en su domicilio con buena evolución postoperatoria.

Volver