Los niños prematuros que reciben leche humana se enferman menos y tienen una calidad de vida superior a la de los niños que sólo reciben fórmulas, explicó la médica pediatra María Luisa Ageitos, asesora a Unicef en esta temática.
Mejores logros en el neurodesarrollo a largo plazo, una reducción en la tasa de cirugías requeridas, el descenso en la mortalidad, un menor riesgo de displasia pulmonar crónica y una reducción en la necesidad de volver a ser internados, son algunos de los beneficios documentados producidos por la alimentación con leche materna.
"Si el bebé puede succionar, lo mejor sería ponerlo al pecho; incluso en los casos en los que está con vías o con respirador hay que buscar la manera porque se ha comprobado que mejora considerablemente al contacto piel con piel", afirmó.
La especialista describió que "si no es posible la succión, entonces habría que administrarle la leche de su mamá por sonda nasogástrica".
"El suministro de la leche de su propia madre es clave no sólo porque tiene todos los beneficios de la leche materna, sino porque además la madre al estar en el servicio de neonatología genera los anticuerpos específicos para los gérmenes y bacterias que hay en ese lugar, que no son los mismo que los que hay en un hospital a 10 cuadras", explicó.
Con una necesaria mirada integral, Ageitos señaló que "para poder garantizar este derecho de alimentarse de la leche de su madre al niño es necesaria una contención a esa mujer, que tiene que estar además con una alimentación adecuada, en un ambiente lo más amigable posible y con la debida asistencia".
"Cuando yo trabajaba en neonatología en los años 70 no se dejaba entrar a los padres al servicio. Hoy esto cambió, hemos aprendido la importancia de este contacto, tanto para el bebé como para que la madre pueda producir la leche que su hijo necesita", dijo.
En el caso de que la madre no pueda brindar esa leche, la tercera opción es suministrarle al bebé leche humana pasteurizada en un banco de leche.
"Existen centros especializados donde las mujeres que están amamantando donan su leche en forma altruista, como los dadores de sangre. Esta leche es segura y cuenta con todos los beneficios de la leche materna", describió.
Por último, si ninguna de las opciones anteriores es posible, se recurre como recurso alternativo a la leche de fórmula para prematuros.
"Para poder garantizar este derecho del recién nacido a la leche materna debe haber un cambio cultural muy grande. Durante años, la industria nos ha convencido de que la leche de fórmula era mejor, o lo mismo, y no es así. Por suerte los beneficios de la lactancia materna cada vez se encuentran más difundidos", sostuvo.
En el mismo sentido, el médico especialista en lactancia Miguel Larguía afirmó que "la leche de su madre, aportada aún antes de que el recién nacido tenga la capacidad y madurez para succionar o para coordinar, es fundamental para su salud".
Y continuó: "Esto es así porque le otorga al bebé factores de crecimiento, células vivas, enzimas, hormonas, elementos antimicrobianos, probióticos y prebióticos. Todo irreemplazable aún con las fórmulas más sofisticadas".
En Argentina, el porcentaje de bebés prematuros representa el 8 por ciento de los nacimientos y es la principal causa de mortalidad infantil.
El 95 por ciento de los niños son alimentados con leche maternal al nacer; sin embargo, el porcentaje de recién nacidos con bajo peso que inician la lactancia es un 10 por ciento menor que el de los nacidos con un peso adecuado.
La campaña Semana del Prematuro surgió en 2010 como una iniciativa para instalar a la prematurez como problemática en la agenda pública así como al prematuro como ser social, con necesidades especiales de atención en salud y educación.
Como apoyo a la campaña, se realizarán diferentes actividades tales como un curso gratuito online para equipos de salud, que se dictará el 15 en el campus virtual de Unicef.
Esta año, la Semana del Prematuro se realizó en concordancia con el Día Mundial del Niño Prematuro que la Organización Mundial de la Salud celebra cada 17 de noviembre.