El Paederus hizo su aparición debido a la crecida del Río Paraná y al aumento excesivo de sitios húmedos. Ya se registraron casos en Entre Ríos, Santa Fe, y lugares de la costa norte de la Provincia de Buenos Aires.
En San Nicolás ya hubo varios hechos denunciados a través de las redes sociales.
Se trata de un insecto ponzoñoso parecido a una hormiga, mide menos de un centímetro; tiene antenas, alas y llama la atención su vivo color rojo. Viven en la humedad de los jardines, cerca de ríos, arroyos, humedales, y entran a la casa atraídos por la luz.
Son de hábitos nocturnos y para evitar que entren en los hogares pueden colocarse mosquiteros o reducir el número de lámparas encendidas, sobre todo las luces blancas y brillantes. Es primordial evitar cúmulos de basura que contengan residuos animales o vegetales en descomposición.
Ante la aparición de un insecto deben quitárselo del cuerpo pero sin atacarlo, ya que al hacerlo largará el veneno y provocará la irritación en la piel.
En caso de ser atacado los profesionales recomiendan lavar con jabón neutro y consultar rápidamente al médico. El veneno produce una dermatitis de contacto. En las primeras 48 horas aparece un edema de apariencia rojiza que a veces presenta pápulas (elevación de la piel) y prurito.
A partir de las 48 horas continúa con eritema, se forman vesículas o ampollas que pueden tornarse purulentas.
Entre el quinto y el octavo día, la toxina se difunde y da lugar a lesiones secundarias alrededor de la lesión primaria, que pueden confundirse con contaminación bacteriana. En esta etapa puede haber dolor, fiebre y malestar general. Recién después de ocho días la eritema comienza a disminuir y se forman costras que luego caen.