En la tarde del lunes se produjo un incidente entre insólito y humorístico. Una nutria se ganó el jardín de una casa, y no había quien se hiciera cargo de retirarla de donde los dueños no la querían y el roedor no quería estar.
En la tardecita del lunes en un domicilio de las inmediaciones de Alem y Juan B Justo los moradores se toparon con el hallazgo. En el patio de su casa había una nutria de gran tamaño.
En realidad el coipo o lobito de río es un roedor, más parecido a un castor, y que vive en gran parte de la Mesopotamia americana.
La creciente los ha corrido de su hábitat natural, ya que sin tierra se han ganado la ribera, y se cree que por los desagües, varias cuadras dentro de la ciudad atraídos por la curiosidad y el hambre.
Lo cierto es que en este caso el animalito no estaba animoso a la curiosidad de los vecinos, y los propietarios no muy contentos con el intruso que mostró su mal humor. En realidad unos y otros estaban temerosos y respondían con su temperamento.
Después de las primeras observaciones mutuas y viendo que ninguno podía salir de la situación, llamaron al número de teléfono que divulgó la Municipalidad de San Nicolás para atender estas urgencias. Del otro lado recibieron evasivas, excusas y finalmente no respondieron al pedido y ruego de auxilio.
Con la cuestión sin resolver, la nutria asustada, con ganas de escapar, y nadie quien quisiera tomarla, a alguno se le ocurrió llamar a los servicios públicos que parece están para estos menesteres.
Así fue que el 100 de Bomberos sonó para solicitar el auxilio y vinieron los efectivos a tomar cartas en el asunto. Sin que sea este su obligación y asumiendo la responsabilidades de otros, cazaron al roedor que tuvo un destino más acorde son su clase y los vecinos la tranquilidad de que no haya un extraño en su patio.