Una serie de robos a trabajadores portuarios motivó multiplicar la presencia de patrulleros en horarios claves. Se trata de menores que atacan a hombres y mujeres que van o vienen de cumplir sus tareas en las empresas de Rivadavia y Bogado.
Como ejemplo basta citar el padecimiento que tuvo que sufrir un operario de una empresa de la zona portuaria en la madrugada del viernes.
Poco antes de su ingreso a las 6:00 se detuvo en una panadería para comprar su desayuno y al salir de entre unos yuyales se le apreció un sujeto de baja estatura.
De sorpresa le espetó que le diera el bolso y la billetera. Cuando la víctima salió del asombro pudo descubrir que un chico lo estaba amenazando con un cuchillo. Cuando intentó una leve resistencia se encontró que entre los pastizales surgió otro joven y tras él otro que también sería un menor de edad.
Uno de ellos le apuntó con un arma y le obligó a entregar todo lo que tenía.
La víctima le dio el teléfono móvil y el bolso donde también iban sus documentos personales y algo de dinero. El primero de los salteadores se llevó el botín ante la supervisión de los otros dos.
Los granujas se perdieron entre los pastizales que hay en un sector entre barrio Alcholera y Villa Provincianos.
Pero este hecho no sería el único ocurrido en la zona, a la hora del recambio de personal de las fábricas, y escondidos en la oscuridad.
Personal de la comisaría Segunda y del Comando de Patrullas reforzaron la presencia en esos horarios a la espera de dar caza a lo malandras que no han dudado en arrojar piedras a los motociclistas y ciclistas para detener su marcha y saquearlos.
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