Hasta que levantaron las mesas en el Café de la Plaza quedamos discutiendo un grupo de periodistas sobre lo que iba a acontecer al día siguiente. El último cigarrillo y el último vino, para recibir a la democracia que hacía tiempo se había instalado en nuestra mesa. Bajo las estrellas solamente quedaban los últimos volantes, un afiche de Raúl Fabaz intendente por el PI me saludó antes de entrar a mi casa. La radio Karina me despertó con los primeros acordes de Los Beatles…Amanecer de un día agitado, una dulce premonición.
Los mocasines marrones, un grabador Panasonic y la libreta fueron lo primero que acomodé para enfrentar el sol invicto que entraba por la ventana. El infaltable café recalentado con una tostada con manteca; y a la calle. Cuando salí a la vereda sentí – como muchos- que siempre recordaría este 30 de octubre.
Desde temprano había en las calles de domingo un movimiento inusual. Jóvenes fiscales de los partidos políticos buscaban consejos de los más experimentados, de aquellos que ya tenían la memoria de la década del 70. Caminé hacia el Correo Argentino y contemple una camioneta del Ejército que cargaba las urnas para distribuirlas en las escuelas. Miré el reloj y eran las 7:15 y se fueron mis pasos para la Escuela Nº1. ya estaban las autoridades de mesa y cada uno preguntaba por las ausencias de fiscales. Cuarenta y cinco minutos después ya había cola en las mesas. Parecía que todos tienen miedo que venga alguien y nos los deje votar. Me habían encomendado la tarea de escribir algunas crónicas de las escuelas donde se votaba. A los candidatos más importantes los entrevistaban los periodistas más veteranos. Un grupo de fiscales de la Lista 2 había montado un campamento; un mate peronista me alegró la mañana.
Los nicoleños de todas las edades se lanzaron temprano a emitir su voto. Largas colas en las puertas de las escuelas que ocupaban las veredas externas. Y de vez en cuando, aparecía uno que por familiar se quería meter en la cola y se ganaba la repulsa de los que estaban detrás. El Potro José Lassalle y José María Díaz Bancalari, candidatos de la UCR y del PJ asomaban como los que más votos iban a capitalizar. Pero sin embargo, apareció Carlos “gallego” González del MID que logró algo más de 1500 votos y no le permitió a los radicales la alegría completa. Para el peronismo nicoleño que tenía su sede en calle Nación al 400, tampoco la sonrisa era plena, cuando llegaron los computos de la nación y la provincia donde se imponía el radicalismo; solamente festejaron el triunfo en la intendencia.
Fue una jornada que guardo con un especial afecto, porque aparte de haber dejado amigos que a pesar de no compartir ideas; nos reconocemos en el respeto de un cuarto de siglo en defensa del Estado de Derecho. Además ese día tuve que aprender que la felicidad no es completa y que, los problemas de los argentinos no se iban a solucionar con un voto y tan rápido. Y que, a pesar de las deudas de la democracia, con el dolor de los excluidos y las injusticias, siempre prefiero el desorden del pueblo debatiendo y manifestando que el silencio y la paz de los cementerios.
Cuando amanecía el 31, prendí la Karina como para ver que contaban los periodistas porteños. En la misma radio ya empezaba a sonar Alfredo Zitarrosa, en solo 24 horas el uruguayo había desplazados a los 4 de Liverpool; algo estaba empezando a cambiar. No era todo lo que deseábamos….pero la felicidad no es completa- repetí- y por primera vez dormí tranquilo.