La Organización Mundial de la Salud (OMS), órgano dependiente de la Organización de Naciones Unidas (ONU) seleccionó al Grupo de Estudios Ambientales (GEA) de la UTN Regional San Nicolás para participar de un trabajo conjunto con otros cuatro grupos internacionales para elaborar sus nuevas recomendaciones sobre contaminantes.
En ocasión de esta selección, el Equipo de Comunicaciones de la UTN entrevistó al Dr. Pablo Orellano, miembro de GEA, quien adelantó la importancia de ser considerado para esta labor y la investigación que se viene realizando en conjunto con el Hospital “San Felipe” de nuestra ciudad.
Una tarea internacional
Desde que la nota sobre la elección de la OMS se publicó en el sitio del CONICET, el teléfono de Orellano ha sonado muchas veces. Es la primera vez que un grupo de investigación argentino es seleccionado por la OMS para la revisión y actualización de las evidencias sobre los efectos adversos de contaminantes en el aire. Es un trabajo que se realizará conjuntamente con dos grupos de Reino Unido, uno de China y uno de Holanda.
Orellano es especialista en epidemiología e investigador de CONICET y junto con la Dra. en Química Nancy Quaranta vienen trabajando con el GEA en nuestra Regional desde hace varios años. Su tema de investigación es la influencia de la contaminación atmosférica en la epidemiología de las enfermedades respiratorias. Justamente por un paper sobre esta temática publicado en la revista “Plost” es que llega a formar parte del proceso de selección de la OMS.
“La OMS saca cada tanto guías sobre distintos temas de salud, ya que es el organismo de Naciones Unidas rector en cuanto a estas cuestiones y éstas funcionan como recomendaciones para los diferentes países”, explica el investigador. “Los procesos para hacer dichas actualizaciones son largos y duran años. Se busca una evidencia bien sustentada de que, por ejemplo, un determinado contaminante provoca un problema a la salud. Entonces, y dentro del proceso de realización de estas guías, se busca e identifican equipos de investigación en el mundo y se les propone realizar una pregunta concreta de investigación. En nuestro caso fue cómo afectan los principales contaminantes a la mortalidad humana”.
El trabajo dura algo más de un año, implica un financiamiento para el área de investigación de la regional y en una primera instancia implica una revisión crítica de al menos 250 papers sobre la problemática. “Se hace una calificación de la evidencia y si está bien sustentada, con estudios de calidad y de la que se pueden sacar estadísticas, se toma en cuenta”, añade Orellano. “Al final del recorrido, la guía de la OMS servirá para que se efectúen recomendaciones sobre concentraciones umbrales de contaminantes y sus efectos, recomendaciones que luego podrán tomar en cuenta los gobiernos a través de sus políticas públicas, los médicos clínicos y la población en general, para ser capaces de prevenir o mitigar los efectos de la contaminación en la salud”, explica Cintia Kemelmajer en su nota en el sitio de CONICET.
La realidad local
Los principales contaminantes del aire son el ozono, el dióxido de nitrógeno y el dióxido de azufre. Además, se encuentra el material particulado que no es un gas sino un sólido. Los mencionados contaminantes pueden ingresar a los pulmones o al torrente sanguíneo provocando enfermedades. Los principales contaminantes provienen de las industrias y del tránsito vehicular.
San Nicolás se encuentra en el corazón del cordón industrial por lo que son esperables altos niveles de contaminantes atmosféricos, aunque al no haber más en la ciudad un equipo de medición continua no se pueden establecer cantidades precisas. “Es esperable que donde haya más industrias el riesgo sea más grande, pero de todas maneras, si bien la contaminación de las empresas es muy significativa, la contaminación vehicular es muy importante debido a la cercanía”, plantea Orellano. “La industria emite mayor cantidad de sustancias, pero suele estar más alejada de la población. En cambio, el automóvil está en la puerta de la casa de todo el mundo”.
Hace tres años, el GEA comenzó un trabajo de investigación en un área poco explorada en el país, una investigación observacional sobre la influencia de la contaminación en el aire de San Nicolás en más de cien pacientes con asma y enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) en conjunto con la Dra. Gabriela Reynoso, epidemióloga del área de Estadística del Hospital “San Felipe”. “La lógica indica que si hay algún problema de contaminación y ese problema se ve geográficamente, las personas que tienen asma o EPOC deberían ser las primeras en detectarlo ya que son las más afectadas”. Esta es una investigación interdisciplinaria de largo plazo, por lo que recién se encuentran analizando los datos recabados por los neumonólogos en el nosocomio local.
Por último, es una necesidad del grupo de investigación contar con más estudiantes e investigadores cercanos a la ingeniería para sumar su mirada a la investigación. Tal como plantea Orellano: “Siempre que uno estudia cómo afecta la contaminación a la salud humana hay tres partes de estudio. Una es estudiar desde el punto de vista de la salud directamente, otra desde el contaminante –que es la exposición-, y otra es la relación causal entre estas dos cosas. La parte de la ingeniería tiene mucho que ver con el tema de la exposición. La Dra. Quaranta es doctora en Química y tiene mucho conocimiento sobre los contaminantes. Yo soy epidemiólogo y estudio el vínculo. Por eso queremos involucrar más gente de ingeniería que participe”.