Interes General
31/12/2008 - 19:08:55



El año que tuvimos


Mi abuela solía decir que “todo tiempo pasado fue mejor”. Claro que mi abuela era profesora de lengua y amante del pretérito imperfecto. Hoy que pienso en este casi pasado 2008, mientras saboreo un copetín en la misma mesa del bar de siempre, no pudo evitar mira hacia atrás y hacer un pequeño balance de este año que estamos finalizando.

Seguramente no fue tan malo como otros que ya hemos vivido, ni tan extraordinario que nunca volveremos a vivir otro igual. Pero sin lugar a dudas, al menos para mí, fue un año muy particular. Porque lo arranqué lindo. Lo arranqué... en enero, al igual que cientos de vecinos. Hice realidad el sueño del aire acondicionado. Me disponía a disfrutar muy fresco el estreno de la primera presidenta elegida democráticamente.

La verdad que pintaba para un año histórico: después de mucho tiempo mi jefe me dijo que me aumentaba el sueldo y no el laburo... Se me iba a dar más seguridad con la creación de la comisaría cuarta. Los "Somiseros de corazón" serían indemnizados como premio a sus años de trabajo. Mi ciudad viviría tres grandes fiestas de cumpleaños: los 100 de nuestro querido Teatro, los 25 de democracia y los 25 de nuestra Madre del Rosario.

Sí. Pensé que este año el país y los nicoleños nos íbamos para arriba, mitad porque aumentaba la productividad y el trabajo en nuestra zona, mitad porque llegaba la autobomba con la gran escalera para llegar más alto. Pero como decía el pesimista de mi tío Rómulo, "al perro flaco, nunca le faltan pulgas". ¿Será que siempre tiene que haber algo que joda nuestro optimismo?

Todo comenzó con un reclamo del campo por un aumento en las retenciones a la exportación de granos. ¡Qué despelote, madre mía! En mi cuadra hubo divorcios por estar uno a favor de Cristina y otro de Alfredo. Cuando intenté salir de la ciudad me pararon los cortes de rutas. Y donde no había cortes, había humo por la quema de pastizales y la ciudad empezaba a lucir una neblina al mejor estilo Londres. Si bien soy fumador, esta ingesta de humo me produjo problemas de respiración y medio flojo de salud terminé en el hospital, donde me invitaron a intervenir en una interna para decidir quién era el nuevo Director. Preferí volver a casa y ver por la tele como la Plaza del Congreso se convertía en un camping, y como un voto "no positivo" popularizaba a un ignoto mendocino llamado Cleto. Vi como D´ Elia y Moyano eran la mano derecha del oficialismo y como los estancieros de la Recoleta golpeaban cacerolas a favor del campo.

Por estos lados, los municipales empezaban con los paros al igual que los docentes. Mi abuela hizo un pijama party con otros jubilados al enterarse que tendría el 82 por ciento móvil y que las jubilaciones volverían al Estado, aunque hasta hoy sigue con la mínima. Por suerte en medio de ese pandemonium me tranquilizaba oír a Guillermo Moreno que me anunciaba una inflación del 0,08 por ciento...

Mientras un oscuro candidato gana las presidenciales del imperio del norte, el mismo imperio desata una crisis económica mundial que ya me hizo vender el aire acondicionado que había comprado en enero.

En fin, termino un año tan complicado como el tráfico de San Nicolás y tan impactante como el tráfico de la efedrina. Por eso he decidido que recordaré este 2008 por los dos hechos que más movilizaron mi corazón:… 2008 será el año en que murió nuestro ombú de Cernadas y Savio y el año que instauramos el día de la memoria en homenaje a la masacre de calle J. B. Justo… ¿No le parece?


Nicolás Leño

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