La pirotecnia controlada

Las celebraciones populares tiene desde hace un tiempo como ingrediente casi imprescindible el uso de pirotecnia. Un festejo deportivo, la conclusión de un ciclo, un cumpleaños, casamiento o divorcio, más allá de las tradicionales fiestas de fin de año, se adornan con luces y ruido.
Una gran parte de la gente no reniega contra estos juegos lumínicos tan atractivos, tanto como el ruido que provocan, sobre todo si los mismos son usados indiscriminadamente.
Más del 90 por ciento opinó que habría que imponerse un control, tan estricto como la prohibición total o más leve como minimizar su potencia.
Más allá de las tradiciones, el comercio de pirotecnia creció el triple que el año anterior, y el pingüe margen de ganancia han extendido la comercialización a todo el año.
En la encuesta de EL INFORMANTE, el 30 por ciento de los consultados fueron radicales al afirmar que la pirotecnia autorizada debería prohibirse. Conciliadores un 18 por ciento opinó que se podría poner límites a su uso. La porción más importante, el 44 por ciento, consideró que debería minimizarse su potencia, y el 9 por ciento que no habría que cambiar nada.

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