La proliferación del correo electrónico no ha terminado de atentar definitivamente contra el correo postal. Sobrevive la carta escrita defendida por convencidos, y sostenida por los requerimientos legales. Lejos quedaron los tiempos de la estafeta y el cartero en casa. Hoy trae carta-documentos, folletos, y facturas.
Una vez escribí una carta. Quiero decir que sé escribir una carta. Colocar la fecha y lugar de escritura. Reconocer al que leerá mis líneas con algún calificativo. Firmar y poner post scriptum, si es en la misma fecha, o post data, si es un agregado en otro día. Sé escribir un sobre. Colocar destinatario y remitente. Buscar un código postal. Ir al correo y despacharla. Como andar en bicicleta, es una habilidad que no he perdido. Aunque haya mucho tiempo dejado de practicar.
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