Alumnos del Centro de Formación Laboral crearon en menos de un mes, un andador para un niño con parálisis cerebral. El desafío fue planteado por Manos Que Dan. La respuesta afirmativa y los resultados no tardaron en llegar.
Santino es un niño de 5 años que sufre parálisis cerebral y necesitaba un andador especial para poder movilizarse y mejorar su calidad de vida.
Su familia, se contactó a fines de octubre del 2018 con Luciano Morello, director de Manos Que Dan, contando que la mutual no cubría el gasto del dispositivo, cuyo valor ascendía a los $355.500.
Así fue como empezaron a tejerse redes entre la necesidad, la solidaridad y la educación.
Manos Que Dan se puso en contacto con la dirección del Centro de Formación Laboral N° 402 para, juntos, ayudar a la familia de Santino.
Rápidamente se charló con el instructor de soldadura y con los alumnos, presentándole un doble desafío: por un lado diseñar y construir un andador y por otro, hacerlo en el poco tiempo que quedaba para terminar el curso (menos de un mes).
La respuesta afirmativa no tardó en llegar.
“Ante una necesidad, sí o sí llega la solución”, dijo Jorge Fritzler, regente del CFL N°402 y remarcó que todo el trabajo fue artesanal, hecho a mano y con mucha creatividad.
De la construcción participaron 13 alumnos y el instructor Hugo Bonilla. Finalmente, este viernes 1 de marzo del 2019, Santino recibió su andador.
“Uno ya tiene diagramado todo un diseño curricular que lo va llevando con calma, vamos aplicando cada concepto para ir refinando la capacitación técnica. Pero en este caso surgió el desafío una tarde: hay que ayudar a Santino. Descubrimos la forma de doblar caños sin usar la dobladora. Experimentamos llenando con arena el caño. Adecuamos nuestras herramientas a la necesidad. Pero lo que a mí me gratificó, es que juntos fuimos descubriendo la forma. Todos teníamos ideas diferentes que adaptamos. Fue un conjunto de ideas, tareas y la resultante está a la vista. Ejecutamos el trabajo en tiempo y en forma con las herramientas que teníamos. La ansiedad se satisfacer la necesidad genuina nos llevó a usar la creatividad”, resumió Bonilla todo el amor puesto en la tarea que les fue asignada sin beneficio alguno más que la satisfacción de hacer algo por el otro que lo necesita.
Uno de los alumnos dijo que “fue un proyecto fugaz, pero que va a perdurar en el tiempo porque es muy importante para Santino y su familia”, mientras que otro expresó: “Todos pusieron de su parte y se vio que con poca plata se puede realizar un trabajo lindo”.
Efectivamente, el valor del andador construido por los alumnos fue de $3200, menos del 1% de lo que sus padres deberían haber invertido.
Los gastos de materiales fueron costeados por Manos Que Dan y el Centro de Formación Laboral 402 a cargo del Dr. Alejandro Nardoni, que junto a la Fundación para la Educación Fray Luis Beltrán y la UOM Seccional San Nicolás abalaron y acompañaron el proyecto.
Este trabajo, donde se vincularon organización sociales de diferente índole, refuerza la idea de que tejer redes entre instituciones hace posible la construcción de un mundo más solidario y sustentable.
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