Tal como estaba previsto, el río Paraná continúa descendiendo y recién a mediados de este mes comenzaría a normalizarse lentamente su altura.
Estas condiciones se dan por las bajas o nulas precipitaciones que se registran aguas arriba de la capital entrerriana, sobre todo en Brasil y Paraguay, donde los afluentes de estos países representan la Cuenca Alta del Plata y que alimentan el caudaloso Paraná.
Ya lo había adelantado el titular de Prefectura Naval San Nicolás, Prefecto Abel Vigano que la bajante es pronunciada, debajo de los valores normales.
En todo su curso (superior, medio e inferior), el Paraná se aproxima esta semana al récord histórico de su bajante en los últimos 30 años.
Pese a que la bajante se agudizó, el informe del Instituto del Agua expresa una perspectiva positiva para los próximos días. "En octubre podría registrar un ascenso acotado, sin alcanzar el valor normal", precisa el informe difundido esta mañana.
Si el caudal se comienza a normalizar, significará un alivio no solo para los pobladores de las islas, que cuando el río baja sufren todo tipo de complicaciones, sino también para los buques de gran calado que se dirigen a los puertos de la región.