En los últimos días, la bajante del río Paraná se profundizó y alcanzó una altura de 1,13 metros. El caudal está muy por debajo del que se alcanzó durante el mismo período del año pasado y no se esperan grandes repuntes para noviembre.
“Muchas veces, estas bajantes tienen que ver con las ocasiones de lluvia en las altas cuencas del Paraná e Iguazú, lo que desencadena en todo el río Paraná. Y el hecho de no registrarse este factor meteorológico en esos lugares, afecta a las alturas acá”, explican los especialistas.
Este extraordinario evento provoca complicaciones en la navegación y como consecuencia la actividad comercial y deportiva. Además causa un gran impacto ambiental.
En este contexto aseguraron que la producción y distribución de agua potable no está en riesgo por el momento ya que se tomaron las medidas preventivas correspondientes.
Se bajaron y extendieron las bombas para asegurar que la toma de agua no se vea afectada, ni su calidad ni los caudales que se potabilizan y distribuye a través de las redes a todo el sistema.
Si bien se espera que en los últimos días de octubre haya pequeñas alzas en la altura del río, no se esperan grandes repuntes para noviembre.