En un contexto de recesión económica, todavía en tiempos de Mauricio Macri, el desempleo reflejó una suba de siete décimas en el tercer trimestre del año y afectó a un 9,7% de argentinos como consecuencia de la falta de dinamismo del mercado laboral y en un marco de licuación de ingresos que profundizó una tendencia de precarización y la necesidad compensar la inflación.
En el país hay 1.854.252 de desempleados, según una proyección de los datos difundidos esta tarde por el Indec sobre de la población urbana en el país. De acuerdo a cálculos propios, más de 152.000 personas cayeron en la desocupación en un año.
Pero, como venía ocurriendo en los trimestres pasados, también mostró un aumento la tasa de actividad, que pasó de 46,7% a a 47,2%, mientras que la tasa de empleo se incrementó de 42,5% a 42,6%, lo que implica que esa alza del desempleo se debe no a mayores despidos sino más bien al bajo dinamismo del mercado laboral que no logró absorber a más personas buscando trabajo. Esa suba de la Población Económicamente Activa (PEA) es atribuida a la necesidad de más ingresos, algo que, en un contexto de licuación de ingresos, termina entonces explicando el alza del desempleo.
Otro dato que abona esta teoría de los especialistas es la suba de la ocupación demandante, que tiene en cuenta a aquellos que tienen un trabajo y buscan otro para completar sus ingresos. Ese número pasó de 16,7% a 18,6%. La subocupación, un indicador de la precarización, tuvo un alza de un punto, de 11,8% a 12,8%, según informó el organismo estadístico. Justamente, la precarización es otra de las tendencias que se mantienen. En los últimos años el trabajo informal, el cuentapropismo y la changa son los únicos empleos que mostraron expansión.
El mayor porcentaje de desempleados se encontró entre las mujeres jóvenes, de entre 14 y 29 años. En ese segmento, la desocupación llegó hasta 22,6%, según el Indec. Un año atrás era de 21,5%. El trabajo informal llegó a 35% (subió cinco décimas).
La mayor cantidad relativa de desempleados estuvo en los Partidos del Gran Buenos Aires (12,1%), a los que le siguieron San Nicolás-Villa Constitución (11,4%) y Gran Tucumán-Tafí Viejo (11,1%), según la Encuesta Permanente de Hogares (EPH). La menor, en Viedma-Carmen de Patagones (2,5%) y Gran San Juan (3%).
La desocupación en el tercer trimestre del año pasado fue 9%, mientras que el último dato del Indec fue de 10,6% para el segundo trimestre de 2019. La comparación suele realizarse con el mismo período un año atrás, ya que en el mercado laboral existe mucha estacionalidad, lo que distorsiona la comparación de trimestres contiguos.
La actual situación no mostraría cambios en el futuro cercano. La tradicional encuesta de ManpowerGroup entre 800 compañías en el país para el primer trimestre de 2020 muestra que un 83% de las empresas no espera realizar cambios en sus dotaciones, el 4% no sabe si los realizará, el 7% planea aumentar sus nóminas y el 6%, disminuirlas.
La Encuesta de Expectativas de Empleo que elabora la firma estimó que la Expectativa Neta de Empleo (ENE) para el período estudiado es de +1%, lo que muestra una disminución de 1 punto en comparación con el trimestre anterior, y una mejora de 5 puntos porcentuales en la comparación interanual.
El último reporte de trabajo registrado del Ministerio de Producción y Trabajo, que hasta hace semanas comandaba Dante Sica, dio a conocer en su informe de septiembre que ese mes había 12.109.649 trabajadores formales, unos 94.187 menos que un año atrás. Se trata de una caída de 0,8% interanual, según los números del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA). La cantidad de asalariados privados registrados, en tanto, mostró una baja interanual en septiembre de 138.700 trabajadores (-2,2%), señalaron entonces en esa cartera.
"Hay una suba leve del desempleo sin prácticamente ningún gran cambio en la tasa de empleo. Lo que se observa es algo que ya venía ocurriendo. Un aumento de la presión sobre el mercado laboral con un poco más de desocupación y subocupación. Hay gente que quiere trabajar mas horas porque no llega a fin de mes debido al deterioro del poder adquisitivo", afirmó a LA NACION el sociólogo Daniel Schteingart.
"La otra tendencia que se observa es un aumento de la precarización laboral producto de la crisis. Ganó peso el empleo en negro y el cuentapropista. Es una tendencia que se viene dando desde 2015, cuando arrancó Cambiemos, y, en recesión económica, el sector privado de calidad no genera empleo", agregó el investigador de la UMET.
"El aumento a dos dígitos de la tasa de desempleo en el segundo trimestre fue por un alza grande de la población activa. En el tercero, la PEA ya no crece tanto entonces el desempleo vuelve a un dígito. El empleo sigue creciendo, pero de la mano casi exclusivamente del cuentapropismo", afirmó el experto de Idesa Jorge Colina.
"Se mantiene la misma tendencia, pero con algunos detalles", advirtió Agustín Salvia, coordinador del Observatorio de la Deuda Social de la UCA. "Sigue creciendo la subocupación, que no sólo tiene que ver con la reducción de las horas de trabajo en las unidades productivas sino también, y explica esto el leve aumento de la tasa de actividad, con una búsqueda de changas, actividades complementarias y trabajos de emergencia por la caída de la capacidad adquisitiva", dijo y cerró: "Es la misma tendencia, la de un agravamiento no explosivo ni catastrófico ne la que no hubo un shock de crisis de desempleo, pero sí un aumento de subocupación, de la informalidad y precariedad laboral".
FUENTE: La Nación