En el marco de la primera reunión extraordinaria del Consejo Directivo de la UTN San Nicolás, se hizo presente en la misma el Dr. Pablo Orellano, especialista en epidemiología, doctor en salud pública, investigador adjunto del Conicet y miembro de la Comunidad FRSN.
Desde el punto de vista técnico-epidemiológico, el investigador comenta en esta nota su opinión acerca de las decisiones tomadas en el marco de la nueva resolución del Consejo Directivo de la Regional.
“La resolución de suspender las clases en forma completa hasta el 31 de marzo, así como todas aquellas actividades no imprescindibles, con la excepción de guardias en aquellas áreas indispensables, es acorde con el contexto actual de la pandemia, y contribuye a la disminución del riesgo de contagio y dispersión del COVID-19”, asegura Orellano.
Además, plantea que esta acción se encuentra en consonancia con los lineamientos propuestos desde el Estado Nacional y es coherente con las recomendaciones de los organismos internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS), la cual propone el distanciamiento social como una de las medidas más efectivas en esta etapa de la transmisión.
Etapa de prevención
Otra de las medidas planteadas desde las autoridades de la Regional fue la implementación de un sistema de vigilancia epidemiológico durante las próximas dos semanas, lo que implica la vigilancia de casos sospechosos, con el objetivo de detectar a quienes pudieran haber adquirido el virus en la institución. El correo electrónico al que se deben comunicar los integrantes de la comunidad universitaria es avisos@frsn.utn.edu.ar. De esta manera, se podrá tener un control y, eventualmente, alertar a las autoridades sanitarias locales, como así también tomar las medidas de prevención necesarias según la circunstancia.
“En este sentido, esta medida es adecuada en el presente contexto, dada la posible saturación del sistema de salud local. Una vigilancia institucional puede proveer datos difíciles de obtener para el sistema de vigilancia epidemiológica, que permitan elaborar estrategias para prevenir nuevos contagios en el marco de la institución”, estima el especialista.
Actuar para atenuar el riesgo
Orellano plantea la necesidad de las medidas preventivas frente al avance del virus en nuestro país: “es importante destacar que los países más afectados hasta el momento por brotes de COVID-19 son aquellos países del hemisferio norte, donde aún es invierno y existen bajas temperaturas. La situación en el cono sur de América es completamente distinta, en esta región recién dentro de algunas semanas se esperan bajas temperaturas. Cabe destacar la relación estrecha entre la dispersión de virus respiratorios humanos y las bajas temperaturas”.
Asimismo, y frente a lo extraordinario de esta situación aclara que “esta medida de suspensión de actividades debe entenderse como una acción adecuada en el momento actual, pero debe, a su vez, contemplarse la posibilidad de que esta o similares medidas puedan repetirse en el transcurso del año. Para ello, la evaluación en tiempo real de la evolución de la epidemia en el país es fundamental para la toma de decisiones en un proceso dinámico”.