El proyecto de ley de Etiquetado Frontal, formalmente presentado como Ley de Promoción de la Alimentación Saludable, había obtenido media sanción en el Senado y todavía restaba su aprobación en Diputados.
A pesar de que tanto miembros del oficialismo como de Juntos por el Cambio manifestaban su apoyo al proyecto de ley, todavía no se había podido tratar y se había generado polémica luego de la sesión especial que quiso llevar a cabo el oficialismo y que no obtuvo quórum, luego que la oposición no apareciera a sesionar por disconformidad en el temario.
El debate comenzó apenas pasadas las cuatro de la tarde y se extendió casi hasta la medianoche, cuando se aprobó con los votos antes mencionados.
A partir de la aprobación, la ley de Etiquetado Frontal establece que todos los alimentos y bebidas sin alcohol envasados deberán llevar un sello negro en caso de excederse en azúcar, sodio, grasas saturadas, grasas totales y calorías.
“Exceso en azúcares”, “exceso en sodio”, “exceso en grasas saturadas”, “exceso en grasas totales” y “exceso en calorías” serán la leyenda que lleven los octógonos negros según corresponda, con la obligación de que ocupen al menos el 5% de la cara frontal del envase. Habrá una advertencia por cada exceso, por lo que cada producto puede tener más de un sello.
En el caso de la cafeína y los edulcorantes, habrá también una leyenda para advertir que el consumo del producto no es recomendable en niños.
En lo que comprende la nueva ley quedan exceptuados los envases de azúcar común, de aceites vegetales, de frutos secos y de sal común de mesa.