Para el refuerzo la recomendación es esperar 90 días desde el inicio de síntomas o test positivo.
Esto no es porque vacunarse pueda hacer mal, sino porque la propia infección actúa como una dosis de la vacuna.
Entonces, no tiene sentido juntar la infección con la tercera dosis porque en ese caso el refuerzo no generaría el efecto de potenciador del sistema inmunológico deseado.