En San Nicolás, el día de su nacimiento fue declarado, por ordenanza municipal, “el día de la cultura nicoleña”. Sin embargo durante cuatros décadas su nombre estuvo clausurado. Algunos había plantado alrededor de su memoria una niebla, una sospecha, una marca...siempre fue evidente que Horacio Rega Molina estaba satanizado por “la gente de las letras” de su tiempo. ¿Pero cuál había sido el pecado capital que había cometido el autor de “La hora encantada? Ser un intelectual peronista y estar junto a Eva Perón y a su esposo en la presentación de la Editorial Peuser de “La razón de mi Vida” el 15 de octubre de 1951. Rega Molina no fue un simple invitado sino que leyó su trabajo: “Significado de la Razón de mi Vida”; un exhustivo análisis político - social del significado de la primera obra de Evita. Muchos lo señalaron como el “ghost writer” que prestó su pluma para plasmar “La razón de mi vida”. Y durante cuatro décadas su ciudad no se lo perdonó. A Rega Molina, le importó muy poco. En una edición de la Revista Sudestada se menciona a los escritores que publicaron antes del 45 y que luego adhirieron al peronismo: Leopoldo Marechal, Manuel Ugarte, César Tiempo, Elías Castelnuovo, José Gabriel, Hernán Benítez, Alberto Vaccarezza, Armando Cascella, Juan José Hernández Arregui, Arturo Cancela, Horacio Rega Molina, Nicolás Olivari, Raúl Scalabrini Ortiz, Arturo Jauretche; Cátulo Castillo y Claudio Martínez Paiva.
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