La mayor parte de nuestro planeta está cubierto por océanos. Nuestro país, particularmente, no escapa de esta condición. Con una costa superior a los 5.000 kilómetros y un mar de más de 2.800.000 kilómetros cuadrados, a los que se le suman la superficie de la plataforma continental –con la cual pasarían a contabilizarse 4.200.000 km2— podemos afirmar que el componente marítimo nacional es fundamental.
Esta afirmación se destaca aún más cuando se observa la relevancia económica y medioambiental del mismo. El sector pesquero es uno de los más dinámicos de la Argentina, con exportaciones anuales que superan los $2.100 millones de dólares, representando alrededor del 1% del PBI. Además, se debe considerar que más del 90% de nuestro intercambio comercial se realiza por vía marítima.
Por estos motivos, en 1937, los directivos de la Liga Naval Argentina decidieron declarar al 1° de octubre como el Día del Mar y de la Riqueza Pesquera. Esta conmemoración nunca tuvo tanta vigencia, pues hoy el mundo se enfrenta a grandes desafíos; y los océanos, como fuentes de recursos de todo tipo y como reguladores del clima, se encuentran seriamente amenazados en un contexto de continuo crecimiento demográfico, industrialización y el consecuente cambio climático.
La valoración del mar y de las riquezas que nos ofrece adquiere una relevancia indiscutible. Esto nos exige una concientización y el trabajo conjunto de todos para su conservación y aprovechamiento responsable.
La República Argentina es consciente de esto y se aboca activamente en la defensa de sus recursos ictícolas, procurando su sustentabilidad. Para ello, se realizan operaciones de vigilancia y control de los espacios marítimos y se cuenta con un Plan de Acción Nacional para prevenir, desalentar y eliminar la pesca ilegal, no declarada, no reglamentada.
Además, con este espíritu, en 2015 se promulgó la Ley Nacional 27.167 «PROMAR – Programa Nacional de Investigación e Innovación Productiva en Espacios Marítimos Argentinos”, concretando así la denominada “Iniciativa Pampa Azul”, con el propósito de promover el conocimiento científico, el desarrollo tecnológico y la innovación productiva en el Atlántico Sur. A este tenor, se han establecido tres áreas marinas protegidas dentro de la Zona Económica Exclusiva argentina en vistas de proteger la biodiversidad marina.
Estas acciones representan el punto de partida para estimular el establecimiento de metas y objetivos para consolidar una sana mentalidad marítima que pondere la importancia de nuestro mar y su riqueza ictícola.