El Radio Club Argentino (RCA), entidad decana de la actividad, enumera en su página web las principales características de la radioafición. Entre ellas, destaca promover el desarrollo de tecnología para el uso más eficiente del espectro de frecuencias; proporcionar recursos para comunicaciones en casos de desastre y promover la amistad y comprensión internacionales.
Por su parte, el Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom), define al radioaficionado como “una persona debidamente autorizada que se interesan en la radiotecnia con carácter exclusivamente individual, sin fines de lucro y que realiza con su estación actividades de instrucción, intercomunicación y estudios técnicos”.
Los interesados en obtener una licencia deben realizar un curso y prácticas en alguno de los radioclubes o instituciones autorizadas por el Enacom. Actualmente, en el país, hay unos 13.000 radioaficionados agrupados en un centenar de radioclubes.
Todos ellos celebran hoy su día, que será muy especial, por cierto. Es que hace 100 años, el 21 de octubre de 1921, un grupo de 76 radioaficionados fundó el Radio Club Argentino (RCA) en el Salón de Actos del diario La Prensa.
El RCA se convertía, así, en una entidad pionera a nivel mundial, tras la creación del Wireless Institute of Australia (WIA) (1910), la Radio Society of Great Britain (RSGB) (1913) y la American Radio Relay League (ARRL) (1914).
El 24 de septiembre de 1921, en la casa del doctor Federico López Lecube, durante una reunión de radioaficionados, surgió la idea de crear una entidad que los agrupara. Este proyecto se concretaría el 21 de octubre siguiente, con la creación del Radio Club Argentino (RCA).
El primer presidente de la RCA fue el capitán de fragata Luis Orlandini, quien era jefe de comunicaciones navales. De la primera Comisión Directiva también formaron parte Susini, Guerrero, López Lecube y Bellocq.
En 1925, el RCA tuvo un delegado en el I Congreso Internacional, realizado en París, durante el cual se decidió fundar la International Amateur Radio Union (IARU).
Las primeras regulaciones fueron dispuestas por el gobierno en 1929 mediante la Ley 9127, que estableció el uso de osciladores maestros, límites de potencia, exámenes de conocimientos técnicos y telegrafía, y las bandas para radioaficionados.
En 1948, durante la I Convención Argentina de Radioaficionados, el 21 de octubre fue declarado Día del Radioaficionado. A partir de 1950 varias leyes, promulgadas en 1961 y 1972, consideraron a la actividad de “interés nacional”.
Las transmisiones de este tipo han sido clave para las bases antárticas, durante la guerra de Malvinas, las inundaciones de La Plata y Santa Fe, y la pandemia, cuando un maestro de Colonia Pando (Corrientes) transmitió sus clases por radio.
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