Desde el año 2010, cada 24 de noviembre se celebra el Día del Vino Argentino. Posteriormente, en 2013 se sancionó la Ley Nº 26.870 que declaró al Vino Argentino Bebida Nacional.
La importancia de esta fecha se centra en la difusión de las características culturales que implica cada una de las etapas de su producción, elaboración y consumo. Como así también, promover el desarrollo de las economías regionales a partir de acciones relacionadas con actividades de servicios vinculadas al sector vitivinícola y promover los estudios y organizaciones tendientes a la definición de las distintas regiones y subregiones vitivinícolas de cada provincia.
En este marco, el Ministerio de Producción y Desarrollo Económico a través de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Agroindustria y la Dirección de Asuntos Vitivinícolas destaca las virtudes de los valles sanjuaninos donde se produce esta bebida.
Más allá de su importancia cultural y turística, Argentina es el país vitivinícola más importante de América del Sur y uno de los 10 más relevantes a nivel internacional. Del sur al norte, desde la Patagonia hasta Jujuy, las más de 211.000 hectáreas de viñedos convierten a nuestro país en uno de los más ricos en su diversidad de terruños y estilos de vinos.
La provincia de San Juan, con algo más de 40.000 hectáreas de vid, es el segundo productor vitivinícola del país. Su configuración territorial con predominancia de cadenas montañosas, posibilitan la existencia de valles con altitudes que van desde los 600 a los 1.500 metros sobre el nivel del mar.
Los valles irrigados de Tulum, Ullum - Zonda, Pedernal, Calingasta e Iglesia, presentan características ambientales diferenciales en relación al suelo, altitud y amplitud térmica. Esta diversidad de ambientes permite que las variedades expresen su potencial en relación al entorno, generando una gran oferta de vinos de alta calidad.