La Unión Obrera Metalúrgica (UOM) acordó ayer una revisión de su paritaria anual con un aumento de 45% en cuatro etapas con lo que completó una suba de 110% para los doce meses de vigencia de su convenio colectivo. El entendimiento, de un punto porcentual menos que el planteo de arranque del gremio y que no contempla un bono también reclamado, intentará ser replicado en la discusión que hoy mismo arrancará con la cámara de la siderurgia que capitanea el Grupo Techint junto con Acindar. El sindicato que lidera Abel Furlán espera una pulseada áspera con el conglomerado de Paolo Rocca.
La paritaria quedó resuelta al cabo de una nueva audiencia ante el Ministerio de Trabajo y se definió sin que mediara una acción de protesta como había amenazado la UOM. El gremio apenas había llevado adelante asambleas en varias de las fábricas grandes de la actividad como antesala a un eventual quite de colaboración o paro de actividades en caso de que se prolongara la negociación sin avances. Se trata de una resolución que podrá capitalizar políticamente -hacia adentro del gremio y ante la política- Furlán, que se hizo en marzo de la jefatura del mayor sindicato fabril de la Argentina mediante una maniobra interna que desplazó a Antonio Caló.
El acuerdo sellado ayer se sumó al 65% pactado en el primer semestre con cuatro nuevos tramos de aumento: tres de 11% cada uno en diciembre, enero y febrero, y uno más de 12% en marzo, cuando se planteará una revisión. En abril se prevé una nueva negociación por otros doce meses. La conducción de la UOM destacaba anoche que el número final se posiciona cinco puntos por encima de la inflación prevista por las consultoras que releva en Banco Central (BCRA) hasta abril próximo. De todos modos el sindicato dejó en el camino el pedido de un bono de fin de año de 50 mil pesos.
Firmaron la revisión todas las cámaras que participan de la paritaria metalúrgica: Adimra (mayoritaria en número de empresas), AFAC (autopartistas), Afarte (terminales electrónicas de Tierra del Fuego), Caiama (aluminio), Fedehogar (línea blanca) y Camima (pymes). Sólo Caiama, que tiene como principal referente al dueño de Aluar, Javier Madanes Quintanilla, se opuso hasta último momento pero finalmente terminó por suscribir el acuerdo.
Una de las razones para desistir del bono de fin de año fue la presunción compartida entre la conducción de la UOM y las cámaras patronales de que el Gobierno terminará por disponer un pago extra para las empresas privadas. Aunque en la cima de la CGT descreen de esa alternativa por entender que el ministro Sergio Massa prioriza la disciplina fiscal y el ordenamiento de las cuentas por encima del ritmo de la economía, anoche en el gremio daban por sentado que habrá un anuncio en los próximos días con alcance para trabajadores privados hasta un tope salarial.