Por Nicolás Pastocchi
La final del Jorge Pierani coronó un campeón, el que mejor hizo las cosas en los noventa minutos de juego. Social tenía que hacer muy bien las cosas para anular a un Paraná que hacía más de un año que no perdía por la Liga. Y está claro que lo hizo para llevar el festejo desde General Rojo hasta la sede de calle Mitre en Ramallo.
Los dirigentes de Social apostaron a principios de año por la mano Rogelio Nardoni para comandar los destinos del plantel. Y el Bicho, un tipo sabio, mesurado y correcto, le puso su sello. Las cualidades no estaban en discusión, pero había que construir un equipo. Comenzó el torneo perdiendo, pero con buenos síntomas.
Durante el torneo tuvo algún altibajo, pero se mantuvo siempre entre los ocho para terminar clasificando cuarto luego de un triple empate en puntos con Somisa y La Emilia. Y en los mano a mano, es otra cosa. Un plantel que tiene la barra de experiencia cargada al máximo, con mucha jerarquía y que fue sumando recambio con el correr de las fechas. Estaba claro que Social tenía un plus.
El primer escollo fue Somisa, donde según Nardoni, su equipo dio buenas señales futbolísticas en la ida. Más allá de eso, terminó pasando por la ventaja deportiva después de ganar 2 a 1 en el barrio y perder 1 a 0 en el Simón Apiza. Lo que venía, era nada más y nada menos que el clásico con Defensores en semifinales.
Allí apareció la magia del 10, ese que, como gran parte del plantel, tiene ADN Celeste, Dalmiro Gaeto, el goleador del equipo. Dos golazos suyos, uno más lindo que otro, le dieron la victoria en casa, para ir con ventaja al Salomón Boeseldín. El 0 a 0 no se modificó aquella tarde y fue el pasaporte a la final.
La definición frente al, hasta el momento, invencible Paraná iba a necesitar de las cualidades nombradas más arriba y un buen libreto. El plan Nardoni casi no tuvo fisuras, porque en pocos momentos, el equipo de Casadei logró ser lo que normalmente es. Y contó con los goles de Ramón. Maza gritó por duplicado para sentenciar la historia con el 2 a 1 final.
Fue festejo para un Bicho Nardoni que supo ser campeón por cuarta vez de La Liga, con tres clubes distintos. El festejo fue para un plantel de jugadores, que pueden ser dirigentes o que, si no les toca estar, son colaboradores. Ahí el orden de los factores no altera el producto. Es amor Celeste.
Autotransporte de Pasajeros San Sebastián apoya la difusión del deporte de la ciudad.
Imagen: Gol Nicoleño
Benjamín Weder presentará exhibición en Cálamo Cultural