Días atrás se conoció un fallo de la Justicia que condena con nueve años de prisión a una persona que ocupa un cargo jerárquico en la empresa Arre Beef, acusado de "Abuso Simple y Abuso Agravado con Acceso Carnal". La víctima, empleada del frigorífico en el momento en que ocurrieron los hechos, que, además, sucedieron en las instalaciones de la empresa.
El Dr. Alejo Maiztegui, representante de la víctima, dialogó con un medio de Ramallo sobre el hecho aberrante. “Es un hecho gravísimo y una alerta para lo que está sucediendo en la empresa. Estamos contentos con el resultado del fallo en primera instancia del Tribunal N° 1. La pena es de 9 años de prisión y la sentencia sale con concurso real de Abuso Simple y Abuso Agravado con Acceso Carnal. Entendemos que habrá otras instancias superiores en que la defensa intentará revertir esta situación judicial. El plazo de apelación es de 5 días. A nosotros ahora nos toca defender este fallo”, comenzó expresando el abogado.
Con respecto a lo sucedido, el Dr. Maiztegui señaló: “El caso sucedió entre el 2018 y el 2019. Tiempo después se radica la denuncia y comienza la investigación. En ese momento, Vanesa Soto estaba trabajando en la empresa y es en ocasión de trabajo cuando suceden estos hechos. Luego empieza un intercambio con la empresa en donde ella entra en un estado depresivo y manifiesta con recursos humanos lo sucedido, en donde toman ciertas medidas muy livianas que no llegan a ponerla a resguardo de esta situación y tampoco elevan ninguna denuncia. Vanesa toma licencia psiquiátrica, porque un hecho como este impide que siga trabajando en el mismo lugar en que sucedió todo. Luego se produce el distracto y ella deja de trabajar sin ningún comentario de la empresa respecto a los hechos. Ella tiene la necesidad de mantener a su familia y miedo a perder el trabajo si se denuncia. Sin embargo, tomó la decisión de no pelear por una reincorporación y se provoca el despido indirecto. Fue una imposibilidad de seguir trabajando en ese lugar. Nadie es ajeno a las secuelas que estos hechos dejan en una mujer que sufre esta situación de tanta vulnerabilidad en la relación de un empleado con su jefe. El victimario era un supervisor de nombre Juan Carlos Arce”.
EL FRIGORÍFICO LE DIO LA ESPALDA A LA VÍCTIMA. ¿HABRÁ OTROS CASOS?
La violación, para dejar de hablar de “hecho” y usar la palabra adecuada, ocurrió dentro de la empresa ArreBeef y el victimario fue una persona con cargo jerárquico, un supervisor. De todas formas, la empresa no brindó ningún tipo de apoyo a la víctima y tomando una clara posición, mantuvo al abusador en su puesto de trabajo y se deshizo no solo de la denunciante sino también de su marido quien también prestaba funciones en el frigorífico.
“No se demostró apoyo alguno de la empresa ni ninguna acción tendiente a que ella, por lo menos, se sienta escuchada. Todas las empresas de estas características cuentan con asistencia para temas de abuso. Ocurren muchas cuestiones de acoso laboral y siempre hay protocolos de actuación. En este caso hay una omisión absoluta en relación con cualquier protocolo”, expresó el letrado en referencia al pobre papel de la empresa. Conocido el fallo, podrán establecerse algunas consecuencias vinculadas con la empresa: “Va a quedar más que acreditado que la ruptura del vínculo laboral no fue por culpa de la señora Soto como la empresa invoca en los telegramas. Después, no hemos hablado sobre qué acciones quiere realizar a futuro. Ella no tenía ningún interés económico en este caso; solo quería que se esclarezcan los hechos y que se limpie su nombre de las cosas que se estaban repitiendo en la empresa. En el mismo fallo se menciona el ambiente machista y los comentarios de los compañeros cuando estos hechos eran comentados en la empresa. Sin necesidad de que ningún juez ordene una consecuencia creo que debería haber algún protocolo de actuación porque hay muchas mujeres trabajando en la empresa y esto puede llegar a destapar otros casos, por cuestiones que se comentan entre los empleados y empleadas. No podemos asegurar otros hechos. Son rumores que en la empresa dan por cierto, pero no lo podemos asegurar”, remarcó Maiztegui.
Vanesa Soto un día dijo “basta” y radicó la denuncia. “Que hoy yo pueda defenderme como mujer es algo liberador. En su momento nadie escuchó, ni el sindicato. El poder ahí adentro es muy grande. Quiero limpiar mi imagen. Fue un abuso sexual, carnal y de poder”, expresó Vanesa en comunicación con nuestro medio.
Fuente: Radio Ramallo City