General Motors volverá a parar la producción por dos semanas como consecuencia del desabastecimiento de piezas por parte de proveedores locales que no pueden realizar pagos de sus importaciones a proveedores del exterior.
La medida comenzará a regir desde mañana y durará hasta el 14 de abril. La automotriz había suspendido la producción desde fin de diciembre hasta comienzos de marzo por igual motivo, en su planta de la localidad santafecina de Alvear.
“GM informa que, a partir del 27 de marzo y hasta el 14 de abril, suspenderá la producción en su planta de Alverar, provincia de Santa Fe, por inconvenientes con el suministro de piezas de proveedores afectados con los pagos al exterior”, informó a Ámbito la compañía
Pese a que con el nuevo gobierno se flexibilizó el régimen de importaciones y se comenzaron las primeras liberaciones de dólares por parte del Banco Central para pagar a proveedores del exterior, la situación de las de muchas industrias sigue siendo delicada para el abastecimiento de piezas e insumos importados debido a la deuda acumulada durante todo el 2023 en el comercio exterior.
El sector automotor es uno de los más afectados y el año pasado sufrió interrupciones constantes de producción a causa del corte de suministro por parte de expresas internacionales que se negaban a seguir enviando productos ante el incumplimiento en los pagos.
El receso de fin de año y el período de vacaciones provocó un impasse en este problema, pero el reinicio de la actividad viene con complicaciones.
General Motors postergará el reinicio de la actividad debido a las dificultades de pagos a proveedores del exterior.
La automotriz radicada en la provincia de Santa Fe había dispuestos vacaciones a fin de diciembre y tenía previsto retomar la actividad a partir del lunes 29 de enero. Sin embargo, la vuelta a la producción se vio retrasada por el problema de los pagos al exterior.
Recién volvió a la producción a comienzos de marzo, después de dos meses del cierre de la planta. Ahora, vuelve a parar
En la planta de General Motors se produce, desde ahora, un único modelo: el SUV Tracker. Hasta fin de año se fabricaba también el Cruze, pero se discontinuó por el fin de vida del modelo.
En octubre pasado, General Motors había cerrado por tres semanas por este motivo: los proveedores del exterior cortaron los envíos de mercadería por la deuda acumulada por importaciones realizadas.
El ex ministro de Economía, Sergio Massa, había dispuesto que las terminales y autopartistas se financiaran por su propia cuenta con la promesa que, en determinado plazo, el Banco Central entregaría los dólares a valor oficial para cancelar esas deudas.
Sin embargo, el plazo de pago se fue siempre modificando y dejó su gestión con una acumulación de deuda para el sector que supera los u$s8.000 millones,
El gobierno de Javier Milei propuso un bono (Bopreal) para ir pagando esta deuda en un plazo de cuatro años, pero las muchas empresas del exterior no aceptan este sistema y exigen la cancelación inmediata de esa deuda para seguir abasteciendo. Paralelamente, estableció un cronograma de pago para las importaciones que se están realizando desde diciembre.
Este es el problema que enfrenta General Motors. También hay otras automotrices con dificultades para normalizar el abastecimiento.
Por ejemplo, la automotriz Renault tuvo a varios proveedores locales con problemas para producir porque por la negativa de empresas extranjeras de seguir enviando insumos. La planta de Córdoba – donde también se fabrica la pickup Frontier de Nissan – viene con paradas intermitentes.
Volkswagen también estuvo parada por dos meses y retomó la producción el 11 de marzo en un turno y ayer habilitó el segundo turno.
Toyota aceptó el Bopreal para poder descomprimir la deuda que tiene con el exterior.
Distinta es la situación con las nuevas importaciones que se empezaron a realizar a partir del nuevo gobierno ya que hay un sistema de cronograma de pagos que empezó a realizarse esta semana y ya los primeros importadores recibieron dólares al valor oficial para cancelar las nuevas compras.