Una estrategia de gestión integrada para la prevención y el control del dengue debe ser lo más parecido a un circulo virtuoso y perfecto. En donde cada eslabón importa.
La velocidad de la enfermedad ha cambiado. El mosquito Aedes aegypti, vector de la infección viral de dengue, es el propalador de enfermedades más prolífico del mundo.
Por múltiples factores, entre ellos el calentamiento global, la urbanización desordenada, y los fenómenos climáticos extremos cada vez más frecuentes, el dengue expandió sus fronteras y ya no circula solo en las denominadas zonas endémicas -que en el caso de la Argentina estaban circunscriptas a las regiones del NEA Y NOA- sino que avanzó hacia distintas regiones.
El mosquito Aedes de alguna manera abandonó sus hábitos silvestres de antaño y se instaló en los centros urbanos.
Esta descripción consolida la noción de que se debe encarar un abordaje integral y sistémico frente al dengue.
El Ministerio de Salud de la Nación fiel a su ADN de época apuesta a fortalecer la capacidad de rectoría de la Nación sobre el sistema público de salud, para luego implementarlo en los diferentes niveles del sistema; como le gusta reforzar sobre su flamante gestión al ministro y médico cardiólogo Mario Russo.
Llegaron las decisiones para todo el territorio nacional y la cartera de Salud dio a conocer en una conferencia de prensa muy reducida qué estrategias encarará de ahora en más contra el dengue y cómo la cartera nacional propone adelantarse al eventual próximo brote 2024-2025.
Russo estructuró el plan contra el dengue apoyado en tres pilares fundamentales: de un lado, los expertos de la Comisión Nacional de Inmunización (CoNaIn) y sus recomendaciones científicas para el uso de la vacuna disponible y la vigilancia epidemiológica, entre otros; del otro lado, el trabajo a medida y específico en cada territorio que deberá ser planificado por las jurisdicciones del país, que recibirán de Nación transferencias -partidas de dinero, por ejemplo a través del programa SUMAR- a partir del cumplimiento de metas.
El ministro Russo también sentó a la mesa -y en un lugar de privilegio- a la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en su doble rol de organismo probo y observatorio en materia de salud pública local-regional-global y también para garantizar el acceso a las vacunas a través del fondo rotatorio.
En diálogo con Infobae, el ministro Russo explicó: “Arrancaremos progresiva y escalonadamente -aproximadamente a partir de agosto 2024- en las zonas endémicas del NEA y NOA, con la vacunación contra el dengue para jóvenes de 15 a 19 años, que proveerá el Estado. Será una tarea conjunta con cada una de las jurisdicciones y los consensos que logramos con los expertos.
La vacuna no integrará por ahora el Calendario Nacional de Vacunación. Para Russo es muy importante la claridad de este in crescendo alrededor de la vacunación contra el dengue, para no caer en malos entendidos de “vacunas para todos”, y sobre todo, para “no crear falsas expectativas en la población”.