El Fondo Monetario Internacional aseguró que la inflación bajará en la Argentina a un ritmo más rápido de lo que esperaba y estimó que el 2024 terminará con un 140% de suba de precios anual, aunque también calculó que la recesión será más dura de lo proyectado y que el PBI caerá 3,5% este año.
Hacia adelante, el FMI espera que el Gobierno eleve una hoja de ruta para levantar gradualmente los controles cambiarios y, a fines de octubre, un plan para una reforma impositiva integral.
También anticipó que el Poder Ejecutivo debería dar por terminado a fin de mes el esquema diferencial de exportación dólar blend (80% al tipo de cambio oficial y 20% al contado con liquidación) y sugirió que el dólar debería moverse a un ritmo más rápido que el 2% mensual que hace algunos días ratificó Luis Caputo, dos temas que desde el equipo económico volvieron a descartar hoy.
“Esperamos comprometernos a su debido tiempo en un posible nuevo programa plurianual respaldado por el FMI con el objetivo de continuar abordando nuestros desafíos profundamente arraigados y construir una Argentina más próspera”, cerró el ministro de Economía un mensaje a directorio, incluido dentro de los documentos oficiales.
“La firme implementación del plan de estabilización (basado en un fuerte ancla fiscal sin nuevo crédito neto al gobierno y correcciones de precios relativos) ha llevado a impresionantes compras de divisas por parte del banco central, los primeros superávits fiscales mensuales consecutivos en casi dos décadas, notablemente menores. Brechas cambiarias y diferenciales soberanos cayendo a mínimos de varios años”, le reconoció el FMI al Gobierno en el staff report publicado este lunes.
De todas formas, mencionó el Fondo; “para sostener los sólidos avances ya logrados y respaldar la recuperación se requiere: (i) fortalecer el ancla fiscal mejorando la calidad y durabilidad de la consolidación en curso a través de medidas estructurales, algunas de las cuales están actualmente bajo consideración del Congreso y requieren aprobación oportuna; y (ii) perfeccionar los marcos de política monetaria y cambiaria y la comunicación para afianzar firmemente el proceso de desinflación, mejorar aún más la cobertura de reservas y apoyar la transición a un nuevo régimen de “competencia monetaria”, mencionó el FMI.
Sobre la recesión de este año, el organismo empeoró su proyección más reciente, aunque mejoró la de inflación.
“La producción se contraerá alrededor de un 3,5% en 2024 (anteriormente un 2,75 por ciento), aunque se espera un cambio de rumbo en la actividad durante la segunda mitad de este año, a medida que se alivien los obstáculos de la consolidación fiscal, los salarios reales comiencen a recuperarse y la inversión se recupere en respuesta a las reformas”, mencionó el informe del staff técnico aprobado por el directorio.
“La actividad y la demanda se han contraído marcadamente, aunque hay señales tempranas de que algunos sectores podrían estar cerca de tocar fondo”, indicó el staff. En ese sentido, estimó una caída de la actividad de 3% en el primer trimestre (concentrado en construcción, industria y comercio), un retroceso del consumo y un recorte de los salarios reales de 17% entre noviembre y marzo.
“Dicho esto, varios indicadores apuntan hacia una posible estabilización de la actividad económica a partir de abril, incluidas mejoras en la confianza del consumidor, un repunte del crédito privado y del consumo de cemento, todo ello en el contexto de un repunte de la producción agrícola tras la sequía del año pasado”, dijo el Fondo.