El pasado 4 de junio y luego de intensas investigaciones, personal de la DDI con apoyo de la comisaría tercera, allanaron una vivienda en Bach 1822 de barrio Las Mellizas. Detuvieron a cuatro personas sospechadas de prostitución y corrupción de menores. El juez Dr. Ricardo Pratti acaba de dictar la Prisión Preventiva para tres de ellos, quienes quedarán presos por los delitos de: Promoción y Facilitación de la Corrupción de Menores Calificado, Tenencia Ilegal de Arma de fuego de uso civil. Se trata de Miriam Ciprés y su pareja Roberto Duarte y Viviana Pucheta, madre de una de las menores prostituídas.
CRÓNICA DEL 4 DE JUNIO
Tras la acumulación fílmica y fotográfica de los movimientos efectuados se pudo demostrar que dos menores de 15 años ofrecían sexo en la vía pública a cambio de dinero, en calle Belgrano entre Olleros y Savio.
El fiscal, Dr. Darío Giannorio ordenó el seguimiento para verificar dónde paraban luego de finalizar la labor. Se comprobó que lo hacían en una casa, tipo chalet, en el corazón de barrio Las Mellizas. Una vivienda de estructura nueva y novedosa. Con cómodas instalaciones y delicado decorado.
Tal cual informamos oportunamente, con la presencia del fiscal y de personal de Prodenia, irrumpe policía con orden de allanamiento y se encuentran que detrás de la vivienda habían construido tres box, donde habitaban las chicas, que mantenían aportando dinero al matrimonio, fruto de su trabajo ofreciendo su cuerpo a cambio de billetes.
Allí vivían dos menores con la madre de una de ellas, que también ejercía la prostitución de acuerdo a las pruebas. La madre es Viviana Pucheta.
El chalet era habitado por el matrimonio, ahora con prisión preventiva, donde secuestraron un revolver calibre 22 con ocho proyectiles y celulares. De los box traseros se secuestró $ 300, cofias y preservativos.
Aquel 4 de junio quedó detenido, Damián Gómez quien dijo ser novio de una de las menores. Gómez poseía dos pedidos de captura por Robo, Hurto y Fuga de Instituto. Sobre el pesa actualmente la carátula de Estupro y el seguimiento de las causas personales.
Además trascendió que la dueña de casa, Miriam Cipres, usando un sobrenombre, trabajaba allí como vidente o algo similar, aparentemente convenciendo a sus clientes con problemas con sus familiares, a que se instalen en su casa, para luego realizar las tareas ya mencionadas, controladas por ella. Trascendió que al matrimonio les quedaba el 50% de lo ganado por las chicas por noche, esgrimiendo que era como pago por el alojamiento y comida. Ya que en cada box había una cocinita, cama y en el medio del patio un baño que compartían las prostituidas.
(Foto ilustración)