Luego del leve salto de la inflación de 4,2% en mayo a 4,6% en junio, las mediciones de alta frecuencia de distintas consultoras detectaron una aceleración de los precios en las primeras dos semanas de julio, que le advierten al Gobierno nacional que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) podría cerrar en niveles similares al sexto mes del año.
Es preciso mencionar que, la diferencia de 0,4 puntos porcentuales entre mayo y junio se explica en gran parte por la recomposición de las tarifas de electricidad y gas, que empujó el alza del IPC que mide el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC). En tanto, el rubro Alimentos y bebidas quedó por debajo del índice general, con una aceleración del 3%, y compensó el incremento de otros sectores.
Sin embargo, la tendencia podría revertirse en julio, ya que la consultora Econviews registró un incremento de 3,7% en la canasta de productos alimenticios durante la primera semana del mes, a lo que se suma artículos de limpieza y perfumería de la segunda semana.
Además, el salto en los precios que no se observaba desde fines de febrero, se explica por el rubro verdulería, que en promedio subió 15,8%, mientras que en la primera mitad del mes acumula un alza de 5,3%.
“En la primera semana de julio la inflación del consumo masivo subió a 1,6%. A esto se suma un mes estacionalmente más difícil y el tema climático, porque el extremo frío en buena parte del país seguramente va a dejar una marca en los precios del séptimo mes del año”, advirtieron los economistas de Econviews.
Por su parte, la consultora LCG señaló que la segunda semana de julio concluyó con un avance de 0,5% en alimentos y bebidas, lo que “implica una desaceleración de 1,3 puntos porcentuales respecto a los siete días previos”. Según estos análisis, los aumentos en ese periodo estuvieron liderados por Condimentos y otros productos alimenticios, con el 3,6% de incremento, y Verduras, que tuvo un alza del 3,3%.
En tanto, el acumulado del IPC de julio arroja 2,3%, superior al 1,5% medido en el mismo período de junio, mientras que la consultora LCG sostiene que tanto la inflación mensual promedio como la medición entre puntas “presentaron una desaceleración marginal contra la semana anterior, ubicándose en ambos casos en 3,9%”.
Sin atender el comportamiento de los productos alimenticios, la inflación de julio calculará los incrementos de naftas y prepagas, y aún resta definir la recomposición de las tarifas de agua y electricidad. Además, este mes comenzó con “cierta volatilidad cambiaria”, por lo que el análisis principal de las consultoras se basa en que la suba de los dólares libres podría volver a arrastrar “aumentos preventivos”.
Por otro lado, la demanda interna en niveles bajos debido a la magnitud de la recesión económica es la principal marcadora de límites a las correcciones de márgenes que buscan aplicar constantemente los empresarios.
Con esta situación sobre la mesa, la caída de la actividad podría volver a establecer un techo en la remarcación de precios y, de alguna manera, bajar el índice de la inflación de julio.
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