El proyecto que obtuvo media sanción en la Cámara de Diputados de la Nación que declara a la educación como “servicio esencial” y que puede convertirse en ley cuando sea tratado en el Senado, fue rechazado por el gobierno de la provincia de Buenos Aires.
“La educación es un derecho, porque el servicio tiene clientes y los derechos tienen ciudadanos. El servicio es para algunos y los derechos son universales”, aseguró el director general de Cultura y Educación bonaerense, Alberto Sileoni, en diálogo con El Cohete.
Alberto Sileoni explicó que la esencialidad es un concepto de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) cuando hay riesgos de vida, de la salud y la seguridad.
“No es el caso”, afirmó sobre el proyecto para declarar a la educación en servicio esencial.
“Esto es más para otro tipo de actividades, como una guardia médica” expresó el político y educador, que se desempeñó como ministro de Educación nacional (2009-2015) durante los gobiernos de Cristina Fernández de Kirchner.
“En la provincia de Buenos Aires hace cinco años que no hay paros provocados por disputas gremiales y seguimos teniendo problemas en términos de la discontinuidad educativa. O sea que la intermitencia, la discontinuidad educativa, no tiene como causa los paros docentes, sino el ausentismo de docentes y alumnos, en lo cual estamos trabajando”.
Sileoni precisó que “la búsqueda que están haciendo a través de esta norma es regular el derecho de huelga, que es un derecho constitucional. Es el disciplinamiento de las organizaciones gremiales para limitar sus derechos”.
Dijo que “las medidas no pueden ser zócalos o medidas efectistas o punitivistas. Tienen que ser de verdad. Deben tener profundidad, veracidad”.
Y agregó: “Tampoco creemos que este gobierno tenga autoridad para llamar a la educación esencial, porque si fuera para este gobierno esencial, no la estarían desfinanciando. Eliminación del Fondo Nacional de Incentivo Docente (FONID), mil obras paradas, 80 de las cuales son escuelas, no hay distribución de libros, no hay distribución de tecnología, no hay una política de formación docente”.
Y se preguntó: “¿Dónde se ve el aprecio que este Presidente tiene por la educación? Si en ocho o nueve meses de gobierno visitó una escuela que es aquella donde fue alumno e hizo dudosos chistes de burros y ante un joven que se desplomó frente a sus ojos se empezó a reír”.
“Ya nadie cree que a alguien le importa la educación si no invierte en ella”, consideró el funcionario de Kicillof.
“No estamos de acuerdo (con este proyecto) porque no tiene autoridad moral quien lleva adelante esta idea”, dijo el ministro refiriéndose a Milei.
Y culminó: “El artículo 2 de la ley de Educación dice: ‘La educación y el conocimiento son un bien público y un derecho personal y social, garantizados por el Estado’, es algo con lo que estamos de acuerdo. Punto seguido dice que la educación es un servicio esencial. En el mismo artículo reformado será un derecho en una parte y un servicio en otra. No estamos de acuerdo”.