Una mujer de 35 años identificada como Natalia Reyna, domiciliada en calle Primera Junta al 800 de Villa Ramallo, afirmó haber vivido una experiencia sumamente violenta y traumática. Los hechos ocurrieron en la noche del jueves.
La víctima formuló graves denuncias por apremios ilegales y abuso de autoridad e incumplimiento de los deberes de funcionario público, contra personal de la Comisaría Segunda de Villa Ramallo.
Primero su expareja, un comisario, rompió una restricción perimetral yendo hasta su casa, donde la insultó y le propinó un fuerte golpe de puño en el rostro que le dejó un hematoma.
Además le expresó que había comprado "dos gramos de cocaína por $30.000 para pasarla bien" y que ella "siguiera con su vida".
Pero lejos de terminar todo ahí, para Natalia la noche se tornaba cada vez más insufrible al padecer más violencia física y psicológica en la Comisaría Segunda de Villa Ramallo donde quiso realizar la denuncia contra su ex pareja.
En la dependencia policial no le quisieron tomar la denuncia, explicándole que debía realizarla en la Comisaría de la Mujer de Ramallo Pueblo.
La mujer se retiró de la dependencia a pie y llamó desde su celular a la Comisaría de la Mujer, donde le indicaron que no tenían móvil para acudir y que solo realizaban trámites administrativos y notificaciones; que insistiera en realizar la denuncia en Villa Ramallo o que llamara al 911.
Al no poder denunciar en ningún lado lo sucedido y sabiendo que su expareja olía a alcohol y drogas, Natalia entró en desesperación por querer recuperar también a su pequeña hija de 5 años, que se encontraba en la casa de su expareja, que vive con la madre.
Pasadas las 23:00 hs. decidió ir ella sola y por sus propios medios a buscar la criatura, y la madre de su expareja no se la quiso entregar, lo que la enfureció e hizo que golpeara y pateara la puerta, advirtiéndole que nunca más se la iba a dejar.
Al no lograr recuperar su hija llamó al 911 donde le indicaron que se acercara hasta la esquina de Di Bacco y Ginochio con el papel que le otorga la tenencia y que la iban acompañar a recuperar la nena.
Lejos de eso, los efectivos policiales al tomar contacto en el punto de encuentro la trasladaron hasta la sede de la Comisaría Segunda, porque habían recibido una denuncia en su contra, por parte de la familia de su ex.
La llevaron engañada, simulando que le iban a tomar la denuncia y luego de una hora de estar en esa situación, sin poder realizar la denuncia por violencia de género y consumo de drogas de su expareja, manifestó que quería retirarse a su casa.
Recién ahí es donde le informaron que estaba en calidad de aprehendida e incomunicada y no se podía ir, por haber violado el perímetro que tenía.
El personal nunca la escuchó ni leyeron el documento que acreditaba tener la tenencia de su hija y que el perímetro restrictivo era para su expareja, con varios antecedentes violentos, y no para ella.
Es allí cuando Natalia entró en desesperación, se alteró y perdió el control. Debido a eso la tiraron al piso y le colocaron las esposas, mientras la insultaban permanentemente.
La mujer contó que aproximadamente a las 00 horas de la noche, "uno de ellos dijo ‘túmbenla’ y entre cuatro policías me tiraron al piso, me pusieron las esposas y me pisaron la cara, la espalda y la panza, con tanta fuerza que me oriné encima. Les dije que mi brazo no podía ir para atrás porque estaba lesionado y no me dejaban hablar gritándome ‘sucia, negra de mierda, cornuda’. El comisario me preguntó de que trabajaba y se reía de mi trabajo como operadora de una remisera, y decía que si no me callaba me iba a meter un palo en el culo."
Además de los apremios sufridos Natalia detalló: "No me dejaron llamar a mi abogado, ni a mi mamá para que fuera a ver a mi otro hijo (un varón de 12 años) que había quedado solo en mi casa."
En su terrible relato de los apremios recibidos, continuó describiendo: "Se llamaban para reírse y decir ‘mirá como llora la mogólica’. Y cada vez que me paraba me empujaban y me insultaban. Nunca quisieron escuchar que había un error con respecto a la perimetral, me trataban de loca, de sucia, de cornuda. Se negaron a revisar a mi ex marido que venía de comprar droga diciendo que era envidia de que él estaba tomando falopa tranquilo y yo orinada y atada a una silla”.
"No me dejaron llamar para que me llevaran ropa diciendo que era una mujer grande para andar meada, y me ataron el brazo a un caño en un pasillo con una puerta que le faltaba el vidrio, para que pasara frío. Una tortura lo que sufrí. Una mujer policía de cabellos rubios, cada vez que me pasaba por al lado me decía palabras humillantes como ‘crota’, que si estuviera en otro lado me mataban a palos y que me iban a tener hasta que se les cantara. Según me dijeron, mi abogado no le iba a dar bola a una negra de mierda que seguramente ni la escuela debía haber terminado, mientras él era comisario, y yo, una sucia crota operadora. Me apretaban las esposas porque me decía que me movía mucho, pero yo tenía frío y no sabía cómo cubrirme y me decían que no me las iban aflojar, total el brazo no se me iba a cortar”.
“A mi mamá recién la llamaron cuatro horas después de haberme llevado aprehendida (03:30hs de la madrugada), se reían de mí, no me ofrecían agua para tomar mi medicamento (un ansiolítico) y decían que mientras no los dejara comer me iban a dejar más al fondo. Solo un oficial fue amable, educado y de buen trato, al cual le agradezco muchísimo. Ojalá recordara el nombre. Los demás, una mujer y dos hombres policías, me trataron peor que un delincuente".
"Tengo golpes por todos lados. No siento los dedos, perdí sensibilidad en las manos y me duele la espalda de la pisada que me dieron. Una mujer oficial era terriblemente burlona, me gritaba en la cara, no me quería desajustar las esposas porque estaba viendo tele, y uno que estaba de civil a cada rato venía a empujarme. Entre ellos hablaban de mí, se burlaban y se reían. Mi expareja me había golpeado el rostro como a las 23:00 hs que fue el disparador de toda esta tortura que duró hasta pasadas las 5 de la mañana. No me dejaban siquiera ponerme mis anteojos recetados, viví la peor noche de mi vida. "
Finalmente en la mañana del mismo día, la mujer concurrió a la Comisaría de la Mujer donde, si bien no le pudieron tomar la denuncia, la asesoraron para que fuera al hospital, donde constataron todas las lesiones sufridas en su cuerpo por los apremios ilegales.
Su abogado tomó conocimiento de lo sucedido y este lunes realizará la denuncia correspondiente en la justicia.
Fuente: FM 95.5 Ramallo City