Política
17/07/2009 - 23:06:02



Un año después; dos años para adelante


El Comité Promotor San Nicolás Julio Cobos Presidente 2011, dio a conocer un comunicado de prensa a un año del voto decisivo que dio por culminada la polémica por la Resolución 125 sobre las retenciones.
Texto completo del comunicado.

El 17 de julio de 2008 será recordado en la historia nacional argentina como una fecha clave, cuando el voto decisorio del Vicepresidente Julio Cesar Cobos, a cargo del Senado Nacional, pusiera límite a la más grave tensión social desde los sucesos de fines de 2001.
Quizá sea atinado recordar el contexto de aquellos días, con el tratamiento singular de la Resolución 125 que intentaba imponer, desde el Gobierno Nacional, nuevos y altos límites a las retenciones a la exportación de granos. La voracidad fiscal, el modo inconsulto de imponer tributos, la soberbia discursiva, la falta de diálogo con los actores directamente involucrados y la presencia central de figuras irritantes; pusieron el País y la sociedad al borde del caos. Movilizaciones masivas de productores agropecuarios, cortes de ruta y otras medidas de fuerza de los afectados, comenzaron a recoger la adhesión del resto de la sociedad; frente a un gobierno que devolvía gestos toscos de profundizar la discusión hasta el límite de la confrontación violenta y la represión.
Cada pueblo del interior nacional que había cobrado vida y esperanza con el crecimiento de la producción agrícola, se convirtió en trinchera de defensa y en fortaleza de resistencia de su derecho legítimo a ser parte activa del crecimiento de la nación, a partir de su propio esfuerzo, ahora en riesgo de exacción.
Solo la prudencia de un pueblo sabio, y la paciencia de la dirigencia de los sectores de la producción agrícola, esta vez sí organizados; lograron que el más grande reclamo de los últimos años fuese pacifico y no cobrara victimas inútiles. Arrinconado socialmente, disperso y errático en el discurso, y repudiado en el uso de patoteros para frenar legitimas movilizaciones populares, el Gobierno apela a girar el tratamiento del tema al Congreso, seguramente convencido de que mayorías automáticas le darían respaldo a la iniciativa, aún a expensas de la profundización extrema de la tensión en las calles.
El paso aprobatorio por Diputados pareció oxigenar la Propuesta del Gobierno, tanto como exaspero a un pueblo decidido a pelear por evitar el despojo, en aras de una redistribución de dudosa justificación y aún de más difícil crédito para un Gobierno que no escatimo recurso ni acción para imponer su rentable capricho.
Para la ocasión del tratamiento en el Senado Nacional, se vivían las horas más tensas y difíciles para la nación, frente a un Gobierno que en el límite de su irracional soledad organizaba un festejo a cuenta en la Plaza de Mayo.
Seguramente influida por la enorme eficacia actual de los medios de comunicación, la población siguió durante toda una jornada y la madrugada del día 17 de julio, el tratamiento y debate de la resolución 125 en el Senado de la Nación. Un impensado empate en 36 votos puso en manos del Vice Presidente Julio Cobos la decisión final, quien en aquel tenso momento apela a la grandeza del resto de los senadores para que en cuarto intermedio, y tal como indicaba el resultado de la votación, llegaran a un acuerdo para consensuar un proyecto único, común, definitorio.
La falta de este acuerdo puso a Julio Cobos en la encrucijada de su vida, como él mismo dijera. Ya estaba en juego mucho más que la Resolución 125. Estaba en juego la pacificación de un País puesto al límite de sus fuerzas, y un pueblo dispuesto decididamente a defender sus derechos, movilizado, expectante, firme.
Y Julio Cobos decidió. Decidió que era más importante la pacificación nacional que la discusión de la renta. Que no hay Gobierno alguno, de base democrática, que pueda por arrebato apropiarse de manera exagerada de los recursos de la producción; que el pueblo debe ser escuchado, especialmente por aquellos que en su nombre deciden y gobiernan. Que la democracia es sobre todo construir consensos a partir de los disensos; y no al revés. Que cuando el trabajo de millones de productores había puesto en marcha el País era absurdo se destruyera ese esfuerzo colectivo por avanzar en una medida toda luz ineficaz. Prueba de ello es que de las 95 millones de toneladas de cosechadas en 2007, este año penaremos por llegar a 60 millones, provenientes de un sector que aporta más de un tercio de la renta nacional directa.
Y Julio Cobos decidió. Y como toda decisión, es una encrucijada en la vida. Y decidió bien. Conforme entendió eran los intereses que debía defender desde el papel, tantas veces inadvertido, del Vicepresidente de la Nación que sabiamente contempla la Constitución. Pudo ciertamente acompañar con el voto el deseo de una Presidente que creyó tener de compañero de fórmula alguien de sumisa conducta, como intentó evidenciar en momentos anteriores de la relación.
Primó el hombre que en la encrucijada de su vida no dudo en tomar la decisión acertada. La de la convicción. La de la pacificación de los ánimos. La del mensaje sereno y reflexivo. La de la búsqueda de consensos. La de la racionalidad en las decisiones.
Quizá no imaginó que esa encrucijada lo ponía en camino de roles mayores para la República. Algunos ya imaginamos que ese rol mayor debe ser construido pacientemente, y es buena la oportunidad para que en la próxima encrucijada nacional, el pueblo tenga la posibilidad de elegir moderación ante la crispación, modestia frente a la ostentación, austeridad frente al despilfarro, cordura ante el desatino, dialogo ante la imposición, raciocinio frente a la improvisación.
San Nicolás, 17 de Julio de 2009

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