Esta celebración tiene sus orígenes en las apariciones que la Virgen María realizó en San Nicolás de los Arroyos desde 1983. Porque, si bien la ciudad veneraba una imagen de la Madre de Jesús desde 1884, las revelaciones ante una humilde vecina fueron las que llevaron a construir el santuario, centro de una de las mayores peregrinaciones del país, cada 25 de septiembre.
Ese día, pero de 1983, Gladys Quiroga de Motta, que vivía muy cerca del río, vio a la Virgen por primera vez. En sucesivas apariciones, le pidió que construyeran un santuario en su honor en un lugar específico y que predicara su Palabra.
Gladys vivía en un barrio humilde, tenía dos hijas y escasa instrucción (solo había aprobado cuarto grado de la primaria y carecía de conocimientos teológicos). Este último dato llevó a descartar cualquier posibilidad de engaño, debido al contenido de los mensajes. También fueron desechadas posibles alteraciones psicológicas.
El reclamo de la Virgen estaba relacionado con la imagen que había donado el papa León XIII en 1884 para la iglesia de San Nicolás de Bari y que había quedado en desuso y abandonada en su campanario. La Virgen del Rosario había sido la patrona del primer Curato de los Arroyos.
En 1984, el nuevo obispo, monseñor Salvador Castagna, recibe a Gladys y luego se entrevista con el papa Juan Pablo II. Un año después, una comisión investiga los acontecimientos.
En 1985 la Municipalidad de San Nicolás donó un terreno conocido como El Campito, donde, dos años después, comenzó la construcción del santuario, terminado en 2014.