Interes General
27/10/2024 - 08:54:14



He venido para que tengan vida: “Ver”


Por Obispo Hugo Santiago

Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo según san Marcos (Mc 10, 46-52)

“Cuando Jesús salía de Jericó, acompañado de sus discípulos y de una gran multitud, el hijo de Timeo-Bartimeo, un mendigo ciego, estaba sentado junto al camino. Al enterarse de que pasaba Jesús, el Nazareno, se puso a gritar: ‘¡Jesús, Hijo de David, ten piedad de mí!’. Jesús se detuvo y dijo: ‘Llámenlo’. Entonces llamaron a al ciego y le dijeron: ‘¡Ánimo, levántate! Él te llama’. Y el ciego arrojando su manto, se puso de pie de un salto y fue hacia Él. Jesús le preguntó: ‘¿Qué quieres que haga por ti?’ Él le respondió: ‘Maestro, que yo pueda ver’. Jesús le dijo: ‘Vete, tu fe te ha salvado’. Enseguida comenzó a ver y lo siguió por el camino”. Palabra del Señor.

La importancia de la vista

La vista es uno de los sentidos más importantes, “ver” es casi lo mismo que estar vivos; nos permite ir de un lugar a otro, percibir los colores, las formas, un paisaje, saber hacia donde caminamos, conducir un vehículo, ver el rostro de las personas que queremos, disfrutar de una película, de una fotografía. Por eso, estar ciegos limita mucho la existencia de una persona, y si bien desarrolla los demás sentidos como pocos y eso complementa y disminuye los límites, un ciego necesita de la ayuda casi permanente de otra persona, su vida queda bastante limitada. Damos gracias a Dios por poder ver y le pedimos que asista y consuele a aquellos que no ven o tienen la vista muy limitada.

El sentido simbólico de la vista

Las curaciones del cuerpo que realiza Jesús, como en este caso, donde cura a Bartimeo, un mendigo ciego, devolviéndole la vista, tienen siempre un sentido simbólico que indica la curación de una realidad más profunda. Desde el punto de vista espiritual “ver” significa “entender”. Cuando preguntas a alguien: “¿lo ves?, estás diciéndole si entiende una situación, y se aplica también a realidades muy profundas, como por ejemplo entender el significado de un acontecimiento alegre o doloroso, entender como tenés que obrar ante un determinado desafío o si entendés el sentido de la vida, el “para qué” de la existencia. Ahí llegamos a donde quiere Jesús, sanándonos la vista externa y la interior.

La fe, análoga a la inteligencia -que significa “leer dentro”, “comprender”-, es la que te ayuda a descubrir que Dios es tu Padre por excelencia porque es el que te regala la vida y te sostiene en ella a cada instante; que el que tenés al lado es tu hermano, porque recibe la vida de la misma fuente que vos, que la creación es la “casa común” que todos tenemos que cuidar, que esta vida es una peregrinación en la cual madurás amando, como el modo de llegar a la meta. Ver esto es tener una vista de lince -animal que sobresale por ver lejos-. Tener fe es tener una mirada de microscopio que te hace descubrir la profundidad de las cosas; a la que se agrega una mirada de telescopio, que te ayuda a ver lejos. Jesús, sanándonos de nuestra natural miopía, nos quiere regalar esa mirada de fe que ve profundo y lejos. Que Dios te bendiga, en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Buen domingo.

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