En 1819 San Nicolás de los Arroyos fue declarada ciudad, por disposición del Congreso General Constituyente, que para entonces cumplía sus funciones en Buenos Aires, en medio de duras luchas internas.
El 12 de noviembre se consideró una moción del diputado presbítero Dr. Antonio Sáenz para tal fin, fundamentada en que “el benemérito pueblo nicoleño” debía ser premiado “por sus extraordinarios servicios para sostener el orden contra la anarquía”.
La moción del presbítero Sáenz, doctorado en Teología, Derecho Canónico y Derecho Civil, no sólo pedía conceder a San Nicolás el título de ciudad sino también “la facultad de establecer Cabildo”.
El Congreso aprobó el proyecto por unanimidad; la comunicación al entonces Director Supremo del Estado, fechada el 23 de noviembre de ese año, expresaba:
“En consideración a los extraordinarios sacrificios que ha sufrido el benemérito pueblo de San Nicolás De Los Arroyos, para sostener el orden contra la anarquía, se le concede el título de ciudad y la facultad de establecer cabildo, encargándose al supremo director del estado el cumplimiento de esta resolución y la designación del número de individuos que han de componer la municipalidad”.