Interes General
15/12/2024 - 07:59:03



He venido para que tenga vida: “Alégrense”


Por Obispo Monseñor Hugo Santiago

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según San Lucas (Lc 3,2b-3.10-18)

“Dios dirigió su palabra a Juan Bautista, el hijo de Zacarías que estaba en el desierto. Éste comenzó a recorrer toda la región del rio Jordán, anunciando un bautismo de conversión para el perdón de los pecados. La gente le preguntaba: ‘¿Qué debemos hacer entonces?’. El les respondía: ‘El que tenga dos túnicas, dé una al que no tiene; y el que tenga qué comer, haga otro tanto’. Algunos publicanos vinieron también a hacerse bautizar y le preguntaron: ‘Maestro, ¿qué debemos hacer?’ El les respondió: ‘No exijan más de lo estipulado’ A su vez, unos soldados le preguntaron: ‘Y nosotros, ¿qué debemos hacer? Juan les respondió: ‘No extorsionen a nadie, no hagan falsas denuncias y conténtense con su sueldo’. Como el pueblo estaba a la expectativa y todos se preguntaban si Juan no sería el Mesías, él tomó la palabra y les dijo a todos: ‘Yo los bautizo con agua, pero viene uno que es más poderoso que yo, y yo ni siquiera soy digno de desatar la correa de sus sandalias; Él los bautizará en el Espíritu Santo y en el fuego. Tiene en su mano la horquilla para limpiar su era y recoger el trigo en su granero. Pero consumirá la paja en el fuego inextinguible’. Y por medio de muchas otras exhortaciones, anunciaba al pueblo la Buena Noticia”. Palabra de Dios.

Causas de alegría

A este tercer domingo de adviento se le llama en latín “gaudete, y es una invitación a la alegría; un estado de ánimo que necesitamos todos en la vida. La alegría, en la mayoría de los casos, es un efecto, es decir, acontece algo que es agradable, lindo, positivo para nuestra vida y nos causa una alegría que será mayor cuanto más importante y agradable sea lo que nos aconteció; se alegra una pareja que terminó su casa construida con esfuerzo y que va a ser el hogar matrimonial y familiar; se alegra un joven que se gradúa; un empresario que constata que su empresa crece; una persona que encontró un trabajo acorde a su capacitación. La alegría suele darse también cuando hemos superado una realidad que nos hacía sufrir, aunque nos queden las cicatrices. Algunas son alegrías multitudinarias; por ejemplo, hay filmaciones que muestran la alegría por el final de la segunda guerra mundial, los soldados pasan, la gente los aclama, terminaron las bombas, el odio, la destrucción y ese acontecimiento se celebra socialmente; otra alegría histórica y multitudinaria ha sido causada por el derrumbe del Muro de Berlín, se celebra el paso de la separación a la comunicación, a la unidad; otras de menor calibre pero significativas son las alegrías deportivas: el último mundial de futbol en el cual Argentina salió campeón, fue una alegría que vivió todo un país, mujeres y varones, chicos y grandes que salían a las calles a festejar. Hay alegrías que se experimentan después de sufrimientos personales; un enfermo grave que recupera la salud; un vínculo que se había roto y se rehace por la reconciliación; una familia dividida que se vuelve a unir; un joven que supera las adicciones o alguien que recupera la libertad bajo distintos aspectos existenciales

Dios y la alegría

La alegría es el beso de Dios cuando hacemos las cosas según su voluntad paterna y sabia; alegría serena pero consistente, no tan clamorosa pero profunda, que se expresa en la celebración. La alegría de Dios surge cuando se da la respuesta justa a la pregunta que nos presenta el Evangelio de hoy: “¿qué debemos hacer?”, le dice la gente a Juan Bautista; parafraseando su respuesta desde la alegría, él les responde: “No exijan más de lo que es justo y estarán alegres”; “No extorsionen a nadie ni hagan falsas denuncias y estarán contentos”; “compartan solidariamente y eso les dará alegría; “trabajen por la paz y serán felices”; “esfuércense en lograr objetivos honestos y al alcanzarlos experimentarán una profunda alegría”; “alimenten los vínculos, saldrán de la soledad y sentirán una felicidad profunda en el encuentro y la amistad”; “dediquen un momento de oración serena, de reflexión de una frase bíblica y la paz estará en sus corazones”; “tengan un corazón puro y percibirán que Dios camina con ustedes bendiciéndolos”; “sean humildes porque esa actitud les ayudará a descubrir que la vida es un regalo y ese descubrimiento les dará alegría”. En todos estos casos Dios está con nosotros y su presencia nos trae alegría. Que Dios te bendiga, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Buen domingo.

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