¿De qué murió Ponce de León?

En los últimos días de junio llegó al Juzgado Federal Nº2 el informe sobre la autopsia que se realizó al cuerpo de Monseñor Ponce de León. La diligencia la llevó a cabo el Equipo Argentino de Antropología Forense. Sus resultados se mantienen en reserva. La Fiscalía pidió una ampliación del informe.
En los últimos días del mes de junio, un extenso escrito resumió los resultados de la primera autopsia de Carlos Horacio Ponce de León. Treinta y dos años después, los restos óseos fueron exhumados de la tumba que se encuentra en la Iglesia Catedral. No existen constancias que el cuerpo del tercer obispo de San Nicolás haya sido sometido alguna vez a un estudio de estas características. Tampoco de las distintas ocasiones en que fue removido y cambiado de féretro y lugar.
El Equipo Argentino de Antropología Forense es el grupo de profesionales más capacitado para realizar un estudio, que tres décadas después, pueda desentrañar las causas de la dudosa muerte de Ponce de León.
El contenido de ese informe, agregado a los más de 20 cuerpos que se fueron sustanciando, principalmente después de su reapertura, guardan el dictamen de la ciencia sobre algunos aspectos esenciales para desentrañar los misterios y ocultamientos que rodean la muerte del querido pastor.
Uno de los principales requerimientos, el examen de ADN, que permitirá con certeza afirmar que ese es el cuerpo de quien dice en la lápida “No he venido a ser servido, sino a servir”, aún no se ha completado.
El viernes 28 de julio el Dr. Juan Patricio Murray, Fiscal Federal Subrogante, presentó un pedido de ampliación del resultado de la autopsia. El funcionario del Ministerio Público Fiscal se reservó lo más sustancial de ese estudio, y los detalles que quiere se le aclaren. EL INFORMANTE pudo saber que el pedido al Juez Federal Carlos Villafuerte Ruzo tiene algunos puntos cruciales para interpretar el informe, y se ampliará cuando comparezcan los facultativos que llevaron adelante la diligencia.
El estudio se realizó hace unos meses atrás, con la participación de peritos de parte, y constó de la toma de una docena de placas radiográficas y la extracción de tejidos para cotejar con los de descendientes del obispo. Fundamentalmente en la autopsia se intentó corroborar lo que declararon los médicos y auxiliares que atendieron al accidentado en el Hospital Gomendio de Ramallo y la Clínica San Nicolás de nuestro medio. Declaraciones que están incompletas por el fallecimiento de algunos de ellos, y la extraña ausencia de las historias clínicas. Datos sueltos de una investigación incompleta sobre un accidente frontal en la Ruta 9 una mañana de julio de 1977.
En ese informe pericial también se habría determinado si los restos óseos fueron sometidos en algún momento a un tratamiento para su conservación, y si la manipulación durante el recambio de féretro produjo algún cambio sustancial.
Testigos de la diligencia en la Morgue Judicial de San Nicolás, afirmaron que era evidente una fractura en el fémur de la pierna izquierda, y que escapaban a los ojos legos algún otro tipo de herida. Los idóneos en el descubrimiento de indicios para determinar las razones del deceso de su materia de estudio, se dedicaron a la observación concienzuda de otros puntos del cuerpo.
En la reserva del documento que tiene las respuestas a muchos interrogantes, se guarda también la intimidad de las últimas horas y el después del calificado como “Obispo Rojo”, el que supo que su suerte estuvo signada después del accidente de Angelelli.
En la ampliación de algunos renglones del resultado de la autopsia puede salir a la luz la respuesta a una pregunta: ¿De qué murió Ponce de León? Y de ahí en adelante encadenar los hechos y circunstancias para dar con los que deseaban la muerte del “Viejo Ponce”.

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