A la sociedad, para que no siga dormida

Esta es la transcripción de una carta que a modo de proclama y convocatoria realiza una joven de San Nicolás. Hace público un pedido de justicia por un caso de abuso deshonesto en perjuicio de una menor de ahora cinco años.
Es el clamor ante la impotencia, la bronca y el miedo.

A la pequeña la voy a llamar María, pues su nombre debe ser protegido.
María es una niña preciosa, que lucha con tan solo 5 añitos de edad por ser feliz, debería serlo por simplemente ser un niño, es su derecho, pero no, no fue así.

Hubo un monstruo, que no salió de un cuento, era un monstruo de carne y hueso, era un monstruo que lo llamaba PAPÁ, aquel que debería se un héroe y defenderla contra todo lo malo en este mundo. Fue él que le causó ese daño tan difícil de decir e imaginar, con tan sólo 3 años.
El hecho ocurrió, y por el resto de su vida lo llevará como una mochila muy pesada. Su madre, su abuela y sus tíos tratarán que sea lo más leve posible.

Hoy puedo ver todo lo que arrastra, el dolor, la tristeza y el miedo, el miedo a que el monstruo quede impune, y según la ley la pueda volver a tener entre sus garras.
Esto nos paraliza por unos momentos y entre lágrimas y ese maldito sentimiento de impotencia juntamos fuerzas y decidimos escribir esto a la cuidad, que se enteren, que sepan, que nos acompañen, pues ocurre todos los días.

El juicio comienza el 21 de agosto y nos dan pocas posibilidades d que el culpable, tenga aunque sea una mínima consecuencia, no es venganza lo que pedimos, es que la ley que supuestamente “representa” a la sociedad, le aplique al culpable una inferencia.
Nos dicen que la palabra de una niña de 3 años no alcanza, que se necesitan pruebas físicas, entonces ¿Qué? ¿Hay que esperar que el abuso sea violación?
Para María que es la manoseada, que se masturbe delante de ella, que le introduzca el dedo, ¿no alcanza?
Aún que nos produce un dolor tremendo, al ver a esta niña luchando por ser feliz y que quizás, a Ley, no la Justicia, se lo niegue.

Acompañemos y hagamos fuerza, dejemos de mirar por TV o en los diarios esta atrocidad. Que los culpables tengan sus consecuencias.

Podés ayudar, el 21 de agosto en Tribunales de San Nicolás.