Lic. Sebastian Arias

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12/11/21


Elecciones y el vuelo de la gallina


Sebastián Arias. Politólogo.

Es posible que el actual escenario, a pocas horas de celebrarse en nuestro país una nueva jornada electoral, parezca para una importante cantidad de dirigentes del Frente de Todos, una construcción devenida de la rebuscada y terrorífica imaginación de H. P. Lovecraft. Ya no alcanzan las referencias a la pandemia o a la gestión concluida en 2019 para justificar el presente, y menos aún para legitimar el accionar con el que se han conducido durante estos casi dos años. Algo parece roto. Desesperadas muestras de unidad, que no hacen más que parodiar lo que quizás nunca haya existido. Pero si nos auxiliamos de la literatura, el Presidente de la Nación nos recuerda a aquel protagonista del cuento de Max Beerbohm, Enoch Soames, pues para Alberto Fernández aplica a la perfección aquel cuestionamiento que en fuero interno se hacía Beerbohm “¿Cómo escribir sobre Enoch Soames sin ponerlo en ridículo? Más bien, ¿cómo ocultar el hecho nefasto de que era un ser ridículo?”.

En las últimas horas hemos podido asistir, al menos de manera remota, a los diversos cierres de campaña que las fuerzas que disputan los primeros planos nacionales han llevado adelante. Los rostros y el entorno han hablado tanto como los discursos. El lenguaje no es solo verbal, ya se sabe. El frío saludo de la actual Vicepresidente de la Nación, Cristina Fernández viuda de Kirchner (y principal accionista del Frente de Todos), con quien es la primer candidata de ese espacio en la Provincia de Buenos Aires, Victoria Tolosa Paz, deja en claro que los intentos por limar asperezas luego de los resultados de las PASO no han sido efectivos. Cristina quiere despegarse de la derrota de las PASO y de un eventual mal resultado el domingo próximo. Ella sabe que la elección de Tolosa Paz le corresponde a Alberto Fernández y está dispuesta a que sea él quien asuma el costo político de tal elección. Pero acaso ¿es sólo de Tolosa Paz de lo que buscan despegarse los diversos actores del universo K/Peronismo?. Los malos resultados en materia económica y el creciente malestar en las propias bases que padecen en sus cuerpos (literalmente) los efectos de los desaciertos económicos llevan a un aislamiento del gobierno nacional de incluso sus propios dirigentes. Poco a poco comienza a observarse una tendencia al “sálvese quien pueda”, dentro de las filas del Frente de Todos, gobernadores e intendentes tratan de salvar su imagen y con ella su espacio de poder dentro del territorio, sacrificando cual chivo expiatorio, la defensa cerrada de las políticas de Fernández. Si el resultado del próximo domingo repite de manera aproximada lo ocurrido en septiembre, es muy posible que veamos emerger voces aún más críticas un “fuego amigo” que quizás vaya dejando de ser tal… Así vemos hoy al presidente que se presentó como de la “moderación y de la unidad”, un ser ridículo que no puede sostener sus propias palabras en acciones y que no hace más que justificar sus desaciertos, su impotencia (entendida como falta de poder) y frustración echando las culpas fuera del ámbito que corresponde, dando discursos incendiarios con una pretendida autoridad que parece ser nadie ya le reconoce. Es difícil encontrar alguien más pequeño que haya ocupado tan alto honor.

Del otro lado de la Grieta, en Juntos x el Cambio o como se denomine en las diversas jurisdicciones. Una campaña bastante fría. No hacía falta hacer demasiado. El oficialismo allanó el camino entre las PASO y las elecciones generales de una manera pocas veces vista. Juntos, tuvo la suficiente lucidez para no caer en la mayor parte de las provocaciones y mantener un astuto silencio en las rebuscadas alucinaciones en las que caían las principales espadas mediáticas del oficialismo. Juntos pasó por unas internas en las que el radicalismo disputó espacios de poder con el PRO y logró darle vuelo a la figura de Manes. La campaña para ellos terminó allí. No fue mucho más las ideas y proyectos que dieron a conocer. Alguna que otra aparición y en general cargada de trivialidades. Ni Santilli ni Manes han demostrado tener ideas sólidas de cómo ayudar desde el Congreso Nacional a superar la grave crisis social, económica y política que se cierne sobre la Argentina en general y la Provincia en particular.

Es también en este espacio, donde volvieron a ganar terreno la ex Ministro de Seguridad, Patricia Bullrich y el ex presidente Mauricio Macri. Ambos marginados al comienzo de la pulseada electoral por los sectores más afines a Rodríguez Larreta, pero que luego, merced a que la opinión pública parece haber endurecido su mirada con relación a más de una temática de agenda nacional, quienes son considerados halcones dentro de Juntos por el Cambio, es decir, los menos dialoguistas con el kirchnerismo y más duros críticos del mismo han vuelto a sumar posiciones dentro de un espacio que también sufre un fuerte debate interno acerca de la naturaleza de la crisis actual y sus eventuales soluciones.

De Juntos se desprendió una parte del electorado, que precisamente tiene una mirada más dura con relación a la hora de asignar responsabilidades sobre la realidad nacional actual. Javier Milei encarna probablemente hoy un incipiente movimiento antisistema. Así lo plantea el economista, que intenta dar una batalla cultural contra lo que él denomina la “casta” (en relación a quienes viven desde hace años del Estado y sostienen un sistema de privilegios, como supo declarar el senador Caserío) y los “zurdos” (englobando en esta categoría desde el radicalismo hasta el partido comunista, kirchnerismo mediante). Su discurso en el que refiere a mayores libertades individuales en general y fiscales en particular, se ha tornado atractivo para un nada despreciable sector de Juntos que abrevaba en los fundamentos del liberalismo y que a pesar de encontrarse dentro de ese frente político se veían casi en su mayoría marginados del proceso de tomas de decisiones.

En la provincia, José Luis Espert no ha logrado replicar el éxito de Milei en capital en cuanto al impacto de los porcentajes obtenidos en las PASO, pero sí han logrado mediante su repetir consignas similares, que una buena parte del arco político opositor comience a hablar de los efectos nocivos de la emisión monetaria descontrolada en relación a los precios y por consiguiente al nivel de vida, como así también de lo importante que es que el Estado gaste de manera responsable los dineros que obtiene de manera compulsiva de los habitantes. Indudablemente es imposible no concordar en que debe haber respiradores en los hospitales, pero ¿hace falta un catering varias veces millonario para los vuelos del presidente, o la tintura de la primera dama?. Esas actitudes principescas en un país con más del 40% de pobres no hace más que alimentar el número de adeptos a las ideas más radicalizadas.

Sea cual sea el resultado del domingo, Fernández tiene aún dos años por delante de mandato. El presidente ocupa ese cargo por una extraña alquimia electoral que devolvió al poder a muchos que habían partido en 2015. Pero estos casi dos años transcurridos nos recuerdan que el peronismo para funcionar necesita un líder. Un conductor. Alberto Fernández no ha logrado constituirse en tal y, es sumamente poco probable que alguna vez pueda ser siquiera la sombra de uno. Eso nos deja una profunda incógnita acerca de la gobernabilidad en el período que se abrirá el próximo lunes, sin liderazgo no es posible ningún plan. Sin plan será muy difícil a la Argentina poder sortear los difíciles momentos que le esperan. Pero eso si, recordemos siempre, que en última instancia, como en el mito griego, satisfecha la curiosidad de Pandora y una vez liberados todos los males, cuando logró volver a cerrar su ánfora, en ella quedó la esperanza.

Antes de poner el punto final probablemente se pregunten por el título de la nota, el vuelo de gallina es algo corto, demasiado corto, un aletear de una rama a otra. Así es la duración de esta nota, destinada a fenecer en pocas horas, corrida por la dinámica, inconmensurable e incuestionable realidad.

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