El mundo judío comenzará a celebrar la festividad de Pesaj, o Pascua Judía, que conmemora su salida de Egipto. Relatada en el libro bíblico del Éxodo, marca el nacimiento del pueblo judío con la llegada al Monte Sinaí 40 días después. Los festejos empiezan con la salida de la primera estrella esta noche.
La festividad es uno de los tres Shloshet HaRegalim (Fiestas de Peregrinaje) del Judaísmo, ya que durante la época en la que el Templo de Jerusalén existía, se acostumbraba a viajar hacia él y realizar ofrendas.
Lo que se recuerda es la salida del pueblo de Israel, una turba de esclavos, hacia la libertad, para liberarse de Egipto y supuestamente hacia la tierra prometida.
La tradición asegura que este viaje duró 40 años. Toda esta historia tiene que ver con la categoría simbólica: un grupo que sale al desierto, en el desierto adquiere la ley –en el Monte Sinaí– y en la ley adquiere su sentido de vida y se va acostumbrando para poder llegar a una tierra prometida. Los 40 años es simplemente una generación; siempre se necesita de una generación para poder entender, metabolizar, el concepto de libertad.
La festividad dura siete días (ocho en la Diáspora), y durante la misma está prohibida la ingestión de alimentos derivados de cereales fermentados (trigo, cebada, centeno, avena y espelta), llamados en hebreo Jametz.
En su lugar, se acostumbra comer Matzá o pan ácimo. Según la tradición, el pueblo judío salió de Egipto con mucha prisa, por lo que no hubo tiempo para dejar leudar el pan para el camino, y de esta creencia deriva la prohibición de ingerir Jametz.
El Seder, cena tradicional de Pesaj, se celebra en el hogar con una comida familiar, en la que los mayores cuentan a los más chicos, guiados por un texto de referencia, Hagadá, la salida de sus antepasados de la opresión egipcia y su peregrinar por el desierto.
El Pesaj no es una fiesta sinagogal, es esencialmente una fiesta familiar, donde se reúnen alrededor de una mesa y se cuenta la historia, la epopeya de la salida de Egipto.